Las inciertas expectativas sobre los próximos pasos que dará el Banco Central Europeo (BCE) sitúan a los operadores en un mar de dudas ante la reunión del próximo 26 de octubre, en la que se decidirá si hay otro aumento de tipos o, por el contrario, se quedan en el 4,5% en que están desde septiembre.Por el momento, lo que sí están descontando los mercados es que las tasas estarán algo más bajas que ahora dentro de un año. El Euríbor, que mide el interés de los préstamos entre bancos de la eurozona, cotiza con el mayor descuento respecto al precio oficial del dinero desde enero de 2022 (-0,35 puntos). La desinflación y la desaceleración de la economía han reforzado la tesis de que el BCE no tendrá capacidad para seguir subiendo los tipos de interés, aunque los mensajes públicos de los distintos gobernadores mantienen un discurso ambiguo sobre la cuestión.
«Hay que mirar con atención lo que comunicamos. Dijimos que nuestras decisiones seguirán dependiendo de los datos. Nuestras tasas oficiales se encuentran ahora en niveles restrictivos y esto contribuirá sustancialmente a un retorno oportuno de la inflación a nuestro objetivo del 2%. Sin embargo, no podemos decir que estamos en el pico ni durante cuánto tiempo será necesario mantener los tipos en niveles restrictivos. Esto dependerá de los datos, por lo que seguiremos analizando tres factores: las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la fortaleza de la transmisión de la política monetaria. Actualmente, todos ellos van en la dirección correcta, pero todavía veo riesgos al alza para la inflación», apunta hoy la consejera ejecutiva Isabel Schnabel en una entrevista con el diario croata ‘Jutarnji’.
Según la responsable alemana del BCE, en general, «las noticias recientes sobre la inflación son alentadoras» y recuerda que el crecimiento de la inflación general en la zona del euro ha disminuido hasta el 4,3%, después de alcanzar una altura máxima del 10,6% en octubre del año pasado. «Gran parte de la caída puede atribuirse a una reversión de shocks anteriores, ya que la inflación de los precios de la energía y los alimentos ha caído rápidamente. También es consecuencia de efectos estadísticos, los llamados efectos de base, dado que hace un año tuvimos aumentos de precios inusualmente grandes», recuerda Schnabel.
Con ese estado de opinión sobre la mesa, el BCE todavía no descarta que sean necesarias nuevas subidas de los tipos de interés pero parece improbable. El Euríbor se mueve al son de las expectativas que marca el banco central, además de otros factores propios del mercado del dinero como la confianza entre bancos o el riesgo que se perciba en la concesión de créditos por el riesgo de morosidad o recesión.