Los empresarios cargan contra las críticas «con nombres y apellidos» emitidas por miembros del Ejecutivo contra ellos y que han dado lugar a una situación «sin precedentes» que ha dañado la imagen del tejido empresarial español más allá de nuestras fronteras. La amplia mayoría de sondeados por la organización encabezada por Pérez-Sala sitúan estos comentarios y el «intervencionismo» del Consejo de Ministros entre los obstáculos que deben sortear las compañías para ganar fuerza en el sector exterior.
El presidente del Círculo de Empresarios ha criticado abiertamente diferentes políticas puestas en marcha por el gobierno de coalición de PSOE y Podemos como las sucesivas subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o el alza de las cotizaciones sociales a través de la reforma de las pensiones y el sistema de cotización de los autónomos (RETA). Además, ha expresado su rechazo expreso a la ley de amnistía que actualmente negocian los grupos de PSOE y Sumar con los representantes independentistas. «No todo vale, hay que evitar pactos con los extremos y evitar acuerdos de legislatura que minen el Estado de Derecho», ha sentenciado Pérez Sala, frente a las críticas veladas de CEOE y el apoyo tácito de los sindicatos a la futura norma.
La encuesta, elaborada antes de las elecciones generales, refleja que un 70% de los empresarios aprecia que en el último año ha empeorado la imagen que tiene el Gobierno de su figura, la intervención del Ejecutivo en la actividad empresarial, que se ha deteriorado la calidad institucional, la transparencia en las decisiones del Consejo de Ministros, la seguridad jurídica y la calidad normativa. Sin embargo, son menos de la mitad los que consideran que este efecto también ha dañado la ‘Marca España’. El Círculo de Empresarios también suspende las medidas en materia de política económica, especialmente el desequilibrio de las cuentas públicas y los tipos de interés -aunque esto es competencia del Banco Central Europeo (BCE)-.
La mayoría de los sondeados también cuestiona que el Gobierno no haya deflactado el IRPF a los trabajadores para compensar el efecto de la inflación, dado que decidieron hacerlo solo para las rentas con ingresos brutos anuales inferiores a 21.000 euros. Si bien, el porcentaje de empresarios descontentos con la actuación del Ejecutivo desciende significativamente al ser preguntados por los aumentos del SMI y de las cotizaciones -parte de ellos pactados con los representantes de CEOE- y la reforma laboral, que también contó con la firma de Antonio Garamendi, con un 59,6% y un 53,8% de ellos que lo valoran negativamente. Mientras, son menos de la mitad los que valoran negativamente las actuaciones contra la inflación (48,4%).
El Círculo de Empresarios entiende que el desequilibrio de las cuentas públicas sigue siendo uno de los problemas más graves de la economía española, que avanzan se agravará a medida que se eleve el gasto en pensiones públicas en la próxima década. Ante esta tensión del balance de ingresos y gasto público, los empresarios se decantan mayoritariamente por promover incentivos destinados tanto a las compañías como a los trabajadores para que extiendan su vida laboral más allá de la edad legal de jubilación (68,1%). No obstante, al responder a las preguntas de los periodistas, Pérez-Sala ha dejado claro que «prefieren retrasar la edad de jubilación», ya que les parece una opción mucho más respetuosa que la que entienden es la única alternativa, recortar el importe de la pensión pública.
La postura expresada por el presidente de la patronal choca con la opinión manifestada por los encuestados en el barómetro, dado que solo un 24,4% de ellos afirman respaldar el retraso de la edad legal de jubilación. Más de la mitad de los empresarios preguntados en la encuesta se muestran más favorables a optar por otras alternativas como el fomento de planes de pensiones privados que complementen el sistema público (54,5%) o de la ‘mochila austriaca’ (52,7%), es decir, la constitución de un fondo de capitalización individual que acompañe al trabajador durante toda su vida laboral.
Los salarios de los trabajadores españoles son bajos en comparación con los de la Eurozona, como han reconocido los empresarios, pero atribuyen esta circunstancia a la escasa productividad de las compañías españolas. Por ello, un 70% se manifiesta a favor de que ambas variables estén vinculadas, como accedieron a hacer los sindicatos con la propuesta de un Observatorio de Márgenes Empresariales que finalmente ha quedado descafeinado por las reticencias del gabinete de Nadia Calviño y la oposición de las patronales a este «intervencionismo». El Círculo de Empresarios ha lamentado que España no ha recuperado el número de horas trabajadas antes de la pandemia, a pesar de tener más trabajadores que nunca, lo que a su entender refleja este deterioro en la productividad.
El presidente de la organización también ha cargado contra la reforma laboral que ha calificado de «tibia» e «incompleta» y ha argumentado que los contratos firmados cada año han dejado de ser un indicador del estado del mercado laboral español -a pesar de que el número de firmas se ha reducido sustancialmente tras la entrada en vigor de esta medida-. En este sentido, el Círculo de Empresarios ha rechazado que sea necesario ampliar la regulación de los contratos a tiempo parcial, como sugieren tanto los secretarios generales de CCOO y UGT, como la ministra de Trabajo. «Los contratos a tiempo parcial permiten a empresarios y trabajadores organizarse de forma eficiente», ha zanjado, haciendo referencia a su éxito en el modelo alemán.