Con respecto a agosto, el precio de la vivienda creció un 0,1% en septiembre en un contexto marcado por la sucesivas subidas de tipos de interés, el encarecimiento de la financiación y una demanda de vivienda muy superior a la oferta.
Tinsa apunta que la demanda residencial es más habitual en las ciudades con presencia de extranjeros residentes en España, por lo tanto, el exceso de demanda se extiende de lleno al territorio insular y a algunas zonas de la costa mediterránea. Además de la subida en las islas, que sigue en tendencia ascendente, los precios crecieron un 5,9% en las áreas metropolitanas; un 4,8% en la costa mediterránea; un 4,6% en las capitales y grandes ciudades y un 2,1% en el resto de municipios. La reducción de la demanda residencial se está produciendo de forma gradual ya que el impacto de la inflación sobre los ahorros de los hogares y el de la subida de los tipos de interés está moderando las compraventas residenciales mayormente por la menor concesión de hipotecas, aunque la vivienda continúa canalizando ahorros.
El precio de la vivienda nueva y usada en España está un 19,2% por debajo de los máximos del boom inmobiliario. Sin embargo, en Baleares y Canarias esta diferencia se reduce en septiembre a un 3,9%. En el caso de las capitales y grandes ciudades está un 15% por debajo, mientras que en la costa mediterránea y el resto de municipios la distancia aumenta hasta el 29,3% y 28,3%, respectivamente.
Por su parte, desde los mínimos registrados tras el estallido de la burbuja inmobiliaria el precio de la vivienda ha aumentado un 37,4% de media en España. Un porcentaje que se ha visto incrementado en el caso de las capitales y grandes ciudades (45,2%), islas (41,5%) y áreas metropolitanas (40,4%).