Justo antes de que se perpetraran los atentados terroristas, el barril de brent caía desde sus máximos en el año de 96 usd/b hasta 84 usd/b, pero inmediatamente después escalaban un 7% hasta los actuales 90 usd/b. En estos momentos, nos encontramos en vísperas de una posible invasión terrestre de Gaza, lo que aumenta el riesgo de una escalada en la tensión que podría extenderse a otras regiones, particularmente a Irán, un país que busca ser un actor político relevante en la región y controla el estrecho de Ormuz, a través del cual se transporta aproximadamente un tercio del petróleo mundial. Además, unas hipotéticas sanciones al país reducirían la oferta de petróleo en un mercado ya deficitario. Estas tensiones podrían alejar a los bancos centrales de sus objetivos de inflación establecidos, lo que podría obligar a alguna subida adicional de las tasas de interés, en un momento en el que el consenso daba por sentado que habíamos alcanzado el punto máximo, y ya se empezaban a descontar próximas bajadas de tipos en primavera de 2024.
Precisamente, el pasado jueves se publicaron en Estados Unidos los datos de inflación correspondientes al mes de septiembre. Mientras que la inflación general se mantuvo en el mismo nivel que el mes anterior, en un +3,7%, y solo una décima más alto de lo que se esperaba, la tasa subyacente se situó en +4,1%, dos décimas por debajo del dato anterior. A pesar de que la inflación parece moderarse, con algunos datos como el precio de los coches usados descendiendo respecto al mes anterior, va a ser complicado que se mantenga el ritmo de caídas de los índices de precios a partir de ahora. La caída del precio del combustible ha sido el que más ha contribuido a lo largo del año en la moderación del alza de precios general, pero como hemos comentado, la escalada de tensión en oriente medio puede hacer que el precio del petróleo siga subiendo, sobre todo si hay intervención de terceros países. En el contexto inmediatamente anterior a este conflicto, el mercado descontaba que no habría subidas adicionales de tipos de interés, pero estaremos muy atentos a cómo evolucionan los mercados y a que decisiones se toman en las próximas reuniones tanto de la Reserva Federal como del Banco Central Europeo.
Esta semana ha dado comienzo la temporada de resultados empresariales del tercer trimestre, con los grandes bancos estadounidenses a la cabeza, que han presentado cifras bastante positivas.
Precisamente, en un contexto de incertidumbre económica, tasas de interés elevadas, confianza del consumidor moderada y tensiones geopolíticas derivadas del conflicto entre Israel y Hamás, las expectativas empresariales son mixtas. Se espera que el tercer trimestre registre una caída interanual de los beneficios del 0,3%, lo que supondría el cuarto trimestre consecutivo de descenso. Este descenso previsto para el tercer trimestre sería el menor de esta serie de cuatro trimestres, lo que hace albergar cierta esperanza en que el tercer trimestre de 2023 represente el punto más bajo de la caída de los beneficios.
Semana de calma tensa en los mercados de renta variable, que se sitúan en niveles similares a los de la semana anterior, pero manteniendo datos de volatilidad relativamente altos, con los operadores muy pendientes tanto de la presentación de resultados empresariales como de la evolución del conflicto en Oriente Medio. De esta manera la mayoría de los índices de referencia mantienen subidas en torno al doble dígito en lo que va de año, con el MSCI World subiendo un 10,9%, el Eurostoxx 50 un 8,5% y el selectivo americano S&P 500 subiendo un 13,9%.
En renta fija, los bonos de tesoro de Estados Unidos se acercan a sus máximos anuales (y también de hace más de una década), con el bono a 10 años presentando una rentabilidad de 4,83%, y el bono a 2 años a 5,17%. En Europa, los bonos siguen la misma tendencia cotizando con menores precios, y por tanto mayores rentabilidades, estando el 10 años alemán (Bund) actualmente en una rentabilidad del 2,87%, muy cerca del máximo anual alcanzado hace dos semanas en el 3%.
En divisa, el dólar ha frenado su revalorización frente al euro que le hizo subir un 7% entre los meses de julio y octubre, en los que pasó de cotizar de 1,1275 eur/usd a 1,045 eur/usd. De momento, parece haber encontrado suelo en torno a los 1,05 eur/usd, nivel que lleva actuando como soporte desde hace tres semanas.