En esta conversación, moderada por Kayser, periodista y especialista en sostenibilidad, han tenido la oportunidad de reflexionar sobre la relevancia de revertir el deterioro de la biodiversidad, más allá de la lucha contra el cambio climático, así como las posibilidades de creación de modelos económicos sostenibles que la defiendan.
“Para valorar hasta qué punto es grave la pérdida de biodiversidad basta tener en cuenta el dato de que un millón de especies están en peligro de extinción sobre un total de ocho millones”, ha señalado Pita. “Las causas directas tienen que ver con la sobreexplotación de recursos, la contaminación, proliferación de especies invasoras, deforestación, etc. Pero el motivo detrás de estas causas directas es el modelo de producción y consumo que no es sostenible. Si queremos ir al origen del asunto necesitamos de una respuesta compleja, amplia y que implique a todos los sectores de la sociedad”.
“Es necesario afrontar cambios estructurales que no solo dependen del ciudadano. Son cambios que nos requieren como sociedad, e implican cambios de comportamientos y del sistema de valores, de ahí su complejidad”, ha destacado Pita.
Las dos expertas han puesto de relevancia la importancia de las métricas para que puedan avanzar las metodologías e iniciativas orientadas a luchar contra la pérdida de biodiversidad. Así, Paloma Fra ha apuntado que “medir el impacto económico de los servicios ecosistémicos es fundamental para poder valorar las soluciones basadas en la naturaleza. Hasta que no lo valoricemos, será difícil impulsar un cambio del modelo de negocio”. En este mismo sentido, Pita ha apuntado que “hay barreras metodológicas que tienen que ver con las métricas, que cobran cada vez más relevancia. En ocasiones, las iniciativas no cuajan porque es difícil tener una métrica y un seguimiento sobre ellas”.
Preguntada sobre la complejidad del reto de revertir el deterioro de la biodiversidad, Pita ha afirmado que “hay dos ideas a tener en cuenta: por un lado, la complejidad de las soluciones dada la propia complejidad de los retos ambientales, y por otro, dado que los problemas ambientales nos afectan a todos, además de su complejidad requiere de negociación entre países, lo que hace que la estructura de gobernanza sea compleja”. Así, señala que hemos avanzado en el modelo de gobernanza, lo que se refleja en las estrategias europeas. “La pérdida de biodiversidad es global, con una gobernanza compleja y multilateral con distintos niveles, como el acuerdo mundial Kunming- Montreal, el pacto verde europeo y los planes nacionales”.
Debatiendo sobre la implicación de las empresas privadas, Fra ha señalado que “la inversión privada es necesaria para extender las soluciones a todo el territorio. Las empresas más avezadas van a querer reportar de forma voluntaria porque esto les va a permitir compararse con un criterio homogéneo. Pero, para ello, es necesaria la participación del punto de vista financiero. Si las empresas no pueden valorar sus esfuerzos en este ámbito, no podrán ponerlo en valor”.
En ese sentido, Pita se ha referido a las diferencias en el enfoque entre empresas de diferentes tamaños. “Hay una brecha entre las grandes empresas, en las que los temas sobre biodiversidad están muy interiorizados, y las pequeñas y medianas empresas a las que les afecta este tema, pero con las que todavía hay que hacer una labor de difusión del discurso”. Para Fra, “tenemos que poder demostrar a las pequeñas y medianas empresas que las acciones que hagan a 50 años tendrán una serie de beneficios que les retornarán, para que puedan sentirse también beneficiadas. Es necesario establecer un flujo de recursos entre todos los actores para poner en igualdad de condiciones a todas las empresas, independientemente de su tamaño”.
Por su parte, Móran, vicepresidente del Capítulo Español del Club de Roma, cerró la sesión afirmando que “si bien el medio ambiente era un fenómeno del que no se hablaba hace unos años, en la actualidad nos encontramos en un momento iniciático en el que las empresas empiezan a valorar su impacto sobre la biodiversidad, ya que tienen que ser conscientes de hasta qué punto ellas están contribuyendo a la desaparición de especies. El momento en el que nos encontramos nos obliga a ir más deprisa en la cuestión de la biodiversidad, ya que los deterioros de la naturaleza tienen grandísimos impactos. Por ejemplo, hasta qué punto podemos mantener un 12% del PIB basado en el turismo si ya hay migraciones turísticas a zonas del norte buscando mejores temperaturas”.
Coronado, directora general de Fundación Naturgy, ha señalado en sus palabras de bienvenida que “con la sesión de hoy hemos querido recuperar un tema que, por momentos, parece olvidado, pero que requiere del compromiso de todos como sociedad. Contamos con datos que solo pueden llamarnos a la acción, como el de que 3.000 millones de habitantes del planeta, esto es el 40%, está impactado por la pérdida de biodiversidad, que amenaza ecosistemas, la seguridad alimentaria y la vida humana”.