El valor patrimonial neto del fondo cayó en 499.000 millones de coronas (42.203 millones de euros) y se situó al cierre del trimestre en 14,801 billones de coronas (1,252 billones de euros), un 3,3% menos que en el segundo trimestre de 2023, pero un 21,2% más que en el tercer tramo del año anterior.
El capítulo de las inversiones redujo los activos en 374.000 millones de coronas (31.631 millones de euros), mientras que los movimientos de divisas arrojaron un saldo negativo de 264.000 millones de coronas (22.328 millones de euros) por la revalorización de la corona frente al euro y el dólar. Por el contrario, el Gobierno noruego aportó 139.000 millones de coronas al fondo (11.756 millones de euros) procedente de los ingresos por la exportación de petróleo y gas.
En el trimestre, el rendimiento de las inversiones en acciones del fondo fue del -2,11% y el de la exposición a renta fija reportó una rentabilidad del -2,18%, al tiempo que los bienes inmuebles no cotizados arrojaron un retorno del -3,26% y la infraestructura de energía renovable no cotizada retornó un -2,38%.
El 70,6% del fondo se invirtió en acciones, el 27,1% en renta fija, el 2,2% en bienes raíces no cotizados y el 0,1% en infraestructura de energía renovable no cotizada. «El mercado bursátil registró un trimestre más débil que los dos anteriores. En particular, los sectores tecnológico, industrial y de consumo discrecional contribuyeron negativamente a la rentabilidad», ha explicado el viceconsejero delegado de Norges Bank Investment Management, Trond Grande.
No obstante, la rentabilidad del fondo se situó 0,17 puntos porcentuales por encima de la rentabilidad del índice de referencia.
Desde su fundación en 1998, el rendimiento anualizado del fondo soberano noruego ha sido del 5,84%, mientras que en los últimos diez años alcanzó el 6,39%.