El beneficio bruto operativo (Ebitda) se ha incrementado un 13%, hasta los 10.783 millones de euros a septiembre, impulsado por un modelo de crecimiento diversificado, una sólida ejecución de proyectos y una mayor solidez financiera.
Gracias a unas inversiones que rondan los 11.000 millones de euros -en concreto se situaron en los 10.842 millones de euros en los últimos 12 meses-, la compañía ha incrementado un 9% los activos de redes, hasta los 41.300 millones de euros y ha instalado 3.100 MW renovables.
Para Galan, “la ejecución de la estrategia presentada el pasado mes de noviembre nos está permitiendo crecer, preservar la solidez financiera y aumentar el dividendo”.
La compañía ha mejorado sus previsiones de beneficio neto para 2023 hasta el doble dígito (excluyendo cualquier plusvalía adicional por rotaciones de activos) impulsado por una mayor producción y la nueva capacidad renovable, la normalización de la actividad comercial, el aumento de las tarifas en el negocio de redes y a pesar del complejo contexto macroeconómico. Los activos alcanzarán los 150.000 millones de euros a final de año.
Además, ha incrementado un 11% el dividendo a cuenta de los resultados de 2023, hasta los 0,20 euros por acción, tras alcanzar este año ya el suelo de dividendo para 2025.
El presidente también ha querido destacar la positiva evolución del plan estratégico. Por áreas de negocios, los activos en redes alcanzan los 41.300 millones de euros a septiembre con marcos regulatorios cerrados al 96% para 2025. Iberdrola se ha garantizado el 85% de la cadena de suministro de redes para 2025, porcentaje que sube al 100% en los proyectos de transporte.
En renovables, la capacidad instalada crece en 3.100 MW en los últimos 12 meses y cuenta con 8.000 MW en construcción. Además, posee el 100% de la cadena de suministro asegurada para 2025 en esta área.
Otro de sus negocios destacados es la eólica marina, que alcanzará los 3.100 MW en 2025 y los 4.800 MW en 2026/27. La compañía tiene en construcción en 3.500 MW, que suponen inversión de 10.000 millones de euros. Además, está cumpliendo los plazos, con una cadena de suministro asegurada y el 100% de la energía vendida a través de PPAs y CFDs en un plazo entre 15 y 20 años. Esta tecnología aportará 1.900 millones de euros al EBITDA en 2026/27, frente a los 700 millones de 2022.
Gracias a una madura cartera de eólica marina a costes competitivos (60 €/kW) la compañía cuenta con oportunidades más allá de 2027: 3.600 MW de proyectos autorizados en el Reino Unido y EEUU, más 8.000 MW de derechos sobre fondos marinos.
El negocio renovable se complementa en la actualidad con un importante desarrollo del almacenamiento en las centrales hidroeléctricas, que permiten la integración de una mayor capacidad de energías renovables como parte de la futura combinación energética. De hecho, avanza en el pleno desarrollo de esta nueva capacidad, aprovechando los 100 millones de kWh Iberdrola que tiene en operación, con 20 millones de kWh en construcción.
En la actualidad, la compañía ha alcanzado los 7.500 millones de euros previstos en el plan rotación de activos y alianzas para 2025, lo que ha permitido reforzar el balance y maximizar el acceso a nuevas oportunidades de crecimiento.
El crecimiento del negocio ha venido acompañado por una solidez financiera. La compañía ha vuelto a reforzar su balance con casi 6.000 millones de euros de financiación en los últimos nueve primeros meses, con condiciones favorables. Así, el flujo de caja operativo se ha incrementado un 11%, hasta los 11.103 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que sitúa el FFO/deuda neta en el 23,2%.
Además, posee con una liquidez de 20.204 millones de euros, lo que le permitiría cubrir 21 meses de necesidades financieras sin recurrir al mercado.