Las partes no han informado del precio de la transacción. Tanto Escribá como Orteu se mantendrán en el capital de Argal con una participación minoritaria, y conservarán, de momento, sus puestos de presidente y consejero delegado, respectivamente. “Esta alianza estratégica se cimenta en un acuerdo en que los dos grupos establecen un marco de gestión conjunta, en estrecha colaboración por parte de todos los accionistas”, explican las partes en una nota de prensa. “Esta alianza refuerza la capacidad de crecimiento del Grupo Argal, tanto cuantitativa como cualitativamente, fomentando su internacionalización, evolución tecnológica, sostenibilidad y competitividad general”, dicen en la misma Escribá y Orteu. “Nuestra inversión en Argal refuerza nuestra estrategia de crecimiento en el segmento de elaborados cárnicos y productos cocinados en Europa. La calidad de los productos, los empleados y el equipo directivo de Argal hacen de esta alianza un sólido impulso para nuestro crecimiento en España y Europa”, apunta, por su parte, Cerdán, vicepresidente ejecutivo de operaciones europeas de Smithfields Foods.
Durante el ejercicio 2021, Argal acometió una compra de de 213.505 acciones propias por un valor de 6,7 millones de euros, a 31,52 euros por título. Un precio que valoraba entonces el 100% de la sociedad en el entorno de los 75 millones de euros. Tras esa operación, la compañía ejecutó una amortización de acciones propias que elevó el peso en el capital de sus principales accionistas: Escribá pasó de ostentar el 41,2% al 53,4%, y Orteu, pasó del 27,5% al 35,2%. Ese año la compañía facturó una cifra récord de 350 millones de euros, y obtuvo un beneficio neto de 11,1.
Se trata de la primera inversión de WH Group en España. La dueña de la estadounidense Smithfields es el primer productor porcino a nivel mundial. En los nueve primeros meses de su año fiscal, sus ingresos alcanzaban los 19.500 millones de dólares, y su beneficio neto los 585 millones, según los resultados que publicó esta semana.
Escribá y Orteu entraron en el capital de Argal en el año 2001. Entonces, la compañía cárnica era propiedad de la multinacional Sara Lee, que vendió el 10% de la sociedad a un grupo de directivos.