No obstante, el nuevo informe elaborado por el ‘think tank’ señala que el mercado al que más recurrió España fue el estadounidense, con compras por importe de 1.940 millones de euros, seguido del ruso y del nigeriano, con los 1.650 millones de euros indicados anteriormente y 1.180 millones de euros, respectivamente. En total, España se dejó 6.350 millones de euros entre todos los países que la proveen, una cifra muy inferior a los 11.850 millones de euros del mismo periodo del ejercicio precedente.
Por su parte, la Unión Europea (UE) acumula una factura de 41.000 millones de euros por importaciones de GNL hasta julio, con Francia como el país que más gastó, hasta 9.700 millones de euros. Estados Unidos fue el país al que más se benefició con compras por valor de 17.210 millones de euros. Le siguieron:
– Rusia, con 5.510 millones de euros.
– Catar, con 5.370 millones de euros.
– Argelia, con 3.520 millones de euros.
– Noruega, con 2.160 millones de euros.
– Nigeria, con 1.940 millones de euros.
De su lado, datos de la consultora Kpler muestran que España fue el segundo mayor importador de GNL de Europa entre enero y septiembre, tan solo por detrás de Francia y Bélgica. En concreto, importó 19,40 bcm (miles de millones de metros cúbicos) durante el período analizado, incluyendo 5,39 bcm de procedentes de Estados Unidos, 5,21 bcm de Rusia y 4,09 bcm de Nigeria. Sin embargo, las importaciones fueron menores en comparación con el año pasado y a su vez reexportó 1,05 bcm al resto de países de Europa.
En lo que respecta al conjunto de la UE, incluyendo Turquía y Reino Unido, las importaciones de GNL se elevaron a 125 bcm, lo que supone un aumento interanual del 4%. Por el contrario, en las últimas semanas se ha empezado a registrar una tendencia a la baja: las importaciones de septiembre descendieron un 18% respecto al mismo mes del año anterior.
Los últimos registros de la herramienta European LNG Tracker, promovida por el propio IEEFA, muestran que Europa ha añadido seis nuevas terminales de GNL desde principios de año, además de una terminal previamente paralizada y una nueva unidad flotante de almacenamiento y regasificación, que aún no está operativa.
«Las prisas de Europa por aumentar su capacidad de importación de GNL se debieron a la necesidad de reducir su dependencia del gas ruso. Pero mientras Europa ha conseguido desprenderse de los volúmenes de los gasoductos de Gazprom, los suministros de GNL ruso a Europa se han mantenido estables en términos interanuales de enero a septiembre de 2023. Francia, España y Bélgica aumentaron significativamente sus importaciones de GNL ruso durante ese periodo. En el caso de España, aumentó sus volúmenes en torno al 50%», señalan desde el IEEFA. «Los países europeos corren el riesgo de cambiar la dependencia de los gasoductos rusos por un sistema redundante de GNL»
España, Turquía, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania son los países con mayor riesgo de tener activos abandonados, según el análisis. España lidera capacidad de regasificación europea con un 30% del total. Enagás, en calidad de operador del sistema gasista, tiene plantas de regasificación en Barcelona, Cartagena y Huelva. Además, cuenta con el 50% de la Planta Bahía Bizkaia Gas (BBG), en Bilbao, y el 72,5% de la terminal de Saggas, en Sagunto. Por su parte, la planta de El Musel (Gijón) inició la actividad comercial en verano tras años paralizada. En 2012 se pararon las obras por orden judicial tras una inversión de unos 360 millones de euros por vulnerar la normativa entonces vigente, lo que obligó a iniciar de nuevo toda la tramitación administrativa. La planta asturiana podrá aportar hasta 8 billones de metros cúbicos de capacidad al año de GNL.
Según el ‘think tank’, hay 143 bcm adicionales de nueva capacidad de importación de GNL que están en fase de planificación hasta 2030. Con ello, advierte de que más de la mitad de la capacidad europea de importación de GNL podría quedar inservible en 2030. En su opinión, los planes actuales de construcción de instalaciones superarán «con creces» la demanda prevista de GNL para finales de década. El estudio recalca que la capacidad de las terminales europeas de GNL podría alcanzar los 406 bcm en 2030, frente a los 270 bcm de finales de 2022. Sin embargo, IEEFA indica que la demanda de GNL para final de década se situará alrededor de 150 bcm. En este sentido, señala que la tasa de utilización de las terminales europeas de GNL alcanzó una media del 58% entre enero y septiembre, situándose Barcelona (18%), Cartagena (26%) y Sagunto (34%) entre las que menos. Por el contrario, la terminal de Bilbao es la que tiene una de las tasas más altas con el 81%.