En concreto, el índice PMI del sector manufacturero español se mantuvo por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50 por séptimo mes consecutivo en octubre al caer a 45,1 desde 47,7 registrado en septiembre.
Como explican, la débil lectura del índice PMI estuvo vinculada a las caídas simultáneas de la producción y de los nuevos pedidos. El ritmo de contracción de la producción fue el más pronunciado en lo que va de año hasta la fecha, mientras que el de los nuevos pedidos fue históricamente pronunciado.
Las empresas comentaron que las condiciones del mercado fueron cada vez más difíciles, tanto en el país como en el extranjero (los nuevos pedidos de exportación también se deterioraron notablemente en octubre). La combinación de los altos precios, los elevados tipos de interés y la baja confianza empresarial afectó la demanda y, en consecuencia, las ventas.
Las preocupaciones entre los encuestados de que estas tendencias continuarán durante los próximos doce meses hizo que la confianza entre los fabricantes cayera considerablemente en octubre, hasta su nivel más bajo en cuatro meses.
En un contexto de caída de las ventas mensuales y de las necesidades de producción, los encuestados también señalaron en general una reticencia a comprar nuevos insumos. Los últimos datos mostraron que la actividad de compras se redujo en su mayor medida desde mayo de 2020, ya que las empresas siguieron prefiriendo utilizar sus stocks existentes en la producción. El resultado neto fue la mayor caída mensual de los stocks de compras desde marzo de 2013. Los stocks de productos terminados también se redujeron, y disminuyeron al ritmo más fuerte desde mediados de 2021.
Hubo poca necesidad de contratar trabajadores adicionales en octubre y los fabricantes señalaron una caída en los niveles de personal por cuarta vez en los últimos cinco meses. El ritmo de contracción también fue más pronunciado y se aceleró hasta alcanzar un nivel igual que el más fuerte registrado en casi tres años y medio. No obstante, persistió un nivel de exceso de capacidad en el sector, tal y como lo demuestra otra reducción marcada y más pronunciada de los niveles de pedidos pendientes de realización.
En lo que respecta a los precios, se informó que los costes de los insumos típicos disminuyeron por octavo mes consecutivo. La tasa de deflación fue modesta, pero aun así hubo informes de precios más bajos de los plásticos, las resinas y los metales. Por último, en un contexto de escasa demanda, muchas empresas simplemente repercutieron sus ahorros de costes a los clientes. En general, los precios cobrados cayeron marcadamente y a la tasa más fuerte registrada por el estudio en tres meses.
Desde Hamburg Commercial Bank comentan que «la producción se está ralentizando con fuerza y los nuevos pedidos han sufrido una fuerte caída respecto al mes anterior. En parte, esto se debió a la débil demanda externa, pero parece que los clientes nacionales también están recortando la compra de productos manufacturados. Asimismo, las actividades de compra sufrieron un duro golpe, lo que pone de relieve la frágil situación del sector».
Consideran que el sector manufacturero podría caer un 2% en el cuarto trimestre: «Después de las caídas observadas en los dos trimestres anteriores, podríamos acabar en números rojos durante nueve meses consecutivos, desde abril hasta finales de año».»El ciclo de reducción de existencias no parece haber terminado en España. Las empresas están liquidando rápidamente sus inventarios de productos comprados, alcanzando un récord de diez años, al igual que durante la desaceleración de 2011 a 2013. Por lo tanto, es posible que las empresas esperen un tiempo hasta que reanuden sus actividades para aumentar los inventarios nuevamente».
En cuanto a la inflación, señalan que, «aunque los precios cobrados cayeron a un ritmo mucho más rápido en octubre, los precios de los insumos disminuyeron a un ritmo un poco más lento en comparación con el mes anterior. Los fabricantes redujeron drásticamente sus precios de venta, pero sus facturas pagadas no experimentaron una caída tan grande respecto al mes anterior. Esto concuerda con la percepción de que las empresas están perdiendo su capacidad de fijación de precios».