La compañía ha entrado en concurso de acreedores ante la imposibilidad de hacer frente a sus pagos y ya ha cerrado su planta ante el desplome de la actividad después de la crisis sanitaria del coronavirus, según confirmaron fuentes de la propia empresa. Sus instalaciones en Castellón llegaron a emplear a 400 personas en los momentos de mayor demanda de mascarillas, aunque su plantilla en los últimos meses se había reducido al mínimo dado que su producción apenas suponía el 20% de los picos alcanzados durante la pandemia, en que su capacidad de productiva llegó a situarse en cerca de 30 millones de mascarillas al mes.
El juzgado mercantil de Castellón ya ha dado luz verde al concurso y ha nombrado un administrador concursal, aunque desde la empresa se da por hecho que su continuidad es inviable, pese a sus planes para diversificar su negocio con otros productos vinculados a la salud, como complementos nutricionales y textiles para lesiones deportivas.
Airnatech llegó a ganar más de un millón de euros en 2021 y fue puesta entonces como uno de los ejemplos de reindustrialización para recuperar la fabricación de productos sanitarios básicos que se habían deslocalizado por sus menores costes en Asia y que escasearon en Europa cuando llegó el virus. Además, la marca se hizo conocida por ser el proveedor de la mascarilla oficial de los deportistas españoles en los Juegos Olímpicos que se celebraron en Tokio en 2021.
Pese a desarrollar sus propias patentes, apostar por su marca propia y por proyectos innovadores financiados en parte por fondos públicos, la falta de un mercado que diese estabilidad a su producción ha minado a la empresa. Además, las promesas por parte de las administraciones de fomentar el ‘made in Spain’ en sus licitaciones y contratos tampoco se han materializado y desde la propia compañía apuntan que más del 90% de los fabricantes españoles han tenido que echar el cierre ante la imposibilidad de competir en las licitaciones públicas sanitarias en precios con los productos asiáticos. De hecho, la mayoría de la producción que mantenía en el último año se destinaba a la exportación a otros países europeos ante la escasa salida de su producto en el mercado nacional.