La realidad más clara sobre el tejido empresarial español, no obstante, se resume en que su recuperación es incompleta. Destaca que el 29% de empresas registra pérdidas (resultado ordinario neto negativo), 4,4 puntos más que antes de la pandemia, según los datos más recientes del Banco de España, del primer semestre. La política monetaria supondrá, además, un reto para las firmas españolas.
Según los datos trimestrales, el 29% de empresas cosechó pérdidas en el arranque de 2023. Antes de la pandemia este resultado fue de 24,6%, mientras en el momento más crudo para la economía más del 35% de empresas tenía resultados negativos, tal y como recoge la Central de Balances que publica el banco central. Entonces, el golpe sobre el beneficio neto de las sociedades no financieras fue de 65.760 millones, representando una caída del 36,7%, según Funcas a través de la Contabilidad Nacional del INE.
Un pero del análisis del Banco de España es que no incluye una segregación de datos por sectores. Algo que sí ocurre en el Observatorio de Márgenes: las empresas del sector de producción y distribución de productos derivados del petróleo o las gasísticas han normalizado sus márgenes tras repuntes aproximados en sus beneficios del 60% y el 20%, respectivamente. A nivel general, los márgenes recuperaron sus niveles previos recientemente.
«La recuperación de las empresas es muy heterogénea por sectores, no se ha normalizado. Un concepto muy importante es que las pérdidas arriesgan la supervivencia de las empresas en el tiempo», reflexiona el director general del IEE, Izquierdo.
La rentabilidad, desde su perspectiva, tiene tres aspectos: la básica, de cubrir el coste de capital; debe compensar el riesgo asumido en un entorno de inestabilidad geopolítica; y sirve como mecanismo de autofinanciación. Con márgenes sobre ventas más contenidos, prácticamente en negativo, en el sector de los servicios, la concentración de empresas en pérdidas se podría acumular en la Hostelería y el Transporte. Además, dentro de la cadena alimentaria, las firmas dedicadas a la industria presentan un menor margen sobre venta en la comparativa con el cuarto trimestre de 2019.
La política monetaria a nivel comunitario está endureciendo las condiciones de financiación de las empresas en España. El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo los tipos de interés en 450 puntos básicos, el nivel más alto desde 2001.
Precisamente, Funcas señala en el capítulo de riesgos de sus previsiones sobre la economía española que «un encarecimiento de los costes financieros más pronunciado de lo que se contempla en el escenario central plantearía un riesgo mayor de impago para los sectores más vulnerables y de sacudidas en los mercados financieros». También el nivel de los tipos de interés al que se financian las pymes está subiendo a un ritmo no visto en décadas. «Los tipos de interés para nuevos préstamos acumulan cuatro trimestres de acelerado incremento», exponía Cepyme, la patronal de la pequeña y mediana empresa.
El tipo medio se elevó en España, en el segundo trimestre, al 4,36%, su mayor valor desde 2008. Además, su incremento interanual, de 292 puntos base, es el de mayor magnitud en lo que va de siglo. Esto responde también al correspondiente incremento de los tipos en un periodo de tan solo 14 meses.
En cualquier caso, la economía española está aguantando el envite de la política monetaria hasta la fecha, según BBVA Research. El servicio de estudios económicos de la entidad bancaria destacó en la última presentación de sus previsiones macroeconómicas que no se está observando una una situación de balances de familias o de empresas que haga pensar que esta situación «no es más que eso, una desaceleración cíclica», donde el país tiene razones para pensar que va a mantener un diferencial positivo de crecimiento con Europa, tal y como indican por lo general las previsiones de crecimiento para 2024.