La negociación que ahora comienza entre socialistas e independentistas marcará el camino y el político catalán ha avisado de que tienen que producirse avances si Sánchez quiere que los siete diputados de Junts sigan apoyando sus medidas en el Parlamento.
Puigdemont ha comparecido ante cerca de medio centenar de periodistas en el mismo lugar donde apareció por primera vez públicamente tras llegar a Bélgica en octubre de 2017, el Press Club Brussels Europe, en el barrio europeo de Bruselas, y a escasos metros de las instituciones de la UE y del hotel desde el que el ‘número tres’ del PSOE, Cerdán, ha dirigido las negociaciones con Junts. Nada más empezar ha declarado que el pacto para investir de nuevo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abre una etapa inédita que “se deberá saber explorar y explotar”. “Se condiciona la legislatura a los avances y no solo a los cumplimientos”, ha remachado. Flanqueado por la bandera de Cataluña y la de UE, Puigdemont ha estado también acompañado por la cúpula de Junts, que se ha desplazado a Bruselas para conocer los detalles de los acuerdos, incluidos el secretario general del partido, Jordi Turull, que ha firmado el texto junto a Cerdán.
En una comparecencia de poco más de 20 minutos sin preguntas, Puigdemont ha contextualizado el acuerdo en unos términos similares a lo firmado esta madrugada y ha partido de la “desconfianza mutua” que mantienen PSOE y Junts desde hace años pero también ha mostrado su confianza en que la negociación que ahora arranca avance en las dos grandes reclamaciones de su formación: el proceso de autodeterminación y el pacto fiscal.
Sobre esto segundo, ha lamentado que el déficit fiscal de Cataluña sufre de “limitaciones que se acumulan desde hace muchas décadas” y que existen “muchas propuestas del Parlament” que detallan la línea que defenderá Junts en esta mesa de diálogo con el PSOE. Por ejemplo, ha citado desde la cesión Rodalíes a la gestión en inmigración o del control de puertos y aeropuertos. “De todo eso se hablará y hablaremos”, ha adelantado sin ahondar en más detalles ni mencionar siquiera la reclamación de asumir todos los impuestos que se recaudan en Cataluña, como sí recoge el acuerdo firmado.
En cualquier caso, Puigdemont ha afirmado que con el acuerdo “se abre un camino incierto y lleno de dificultades” y ha pedido “resolver” la crisis política catalana “en términos diferentes” a como se ha hecho hasta ahora. “Para hacer lo mismo que se ha hecho y dicho en estos cuatro años, Junts no es necesario”.
“El conflicto que queremos resolver no se limita a 2017″ ni a acontecimientos asociados u otros que se remontan hasta el fusilamiento de Lluís Companys en 1940 que lo han “cronificado (…) hasta que la convivencia era insostenible”, sino que abarca hasta el siglo XIX. “El conflicto, y lo dice el documento, arranca con los decretos de Nueva Planta -de 1707 y 1716- que liquidan la soberanía histórica que teníamos”, ha recordado el líder independentista, según recoge Efe.
Puigdemont ha señalado que “la amnistía no deja fuera a las víctimas de la guerra sucia del Estado español, con episodios conocidos y otros que conoceremos para saber la verdad, las víctimas tenemos el derecho a saber la verdad, no solo a reparar la justicia de una persecución” política sino que no vuelva a pasar. Y que si pasa “sean sus responsables los perseguidos por la Justicia y no las víctimas”.
Por ello, y ante la “gran desconfianza que les tenemos”, ha agregado, el acuerdo contempla que un “relator internacional” se encargue de acompañar las negociaciones, cuya identidad no han especificado. Será “una tercera parte que esté presente siempre en las conversaciones” y que “no puede ser ni catalán ni español, y por lo tanto tiene que ser internacional”, ha especificado. Y ha añadido que si él tuviera que formar parte de las negociaciones con el mediador internacional, tendrían que celebrar los encuentros fuera de España, donde a día de hoy sigue en vigor la orden de detención nacional del Tribunal Supremo.
En relación con un posible referéndum de independencia de Cataluña, el líder de los postconvergentes ha incidido en que el acuerdo sólo contempla como límite la voluntad del Parlament de Cataluña. “No hemos fijado otro límite que la voluntad del pueblo de Cataluña expresada a través de la institución que lo representa legítimamente, el Parlamento (…). El acuerdo dice que los únicos límites los fija el Parlament”.