Repsol fue la empresa más crítica del Ibex con el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar. Iberdrola apostó, esta vez, por la prudencia y BBVA avisó del peligro que tenía para su negocio. Los gigantes vascos confiaban en el papel del PNV para parar los pies a un pacto que pretende hacer permanente el famoso ‘impuestazo’, imponerles nuevos y elevar el control sobre su negocio con nuevos organismos. Y por primera vez los políticos del PNV se ha olvidado de ellos, Es mas, el acuerdo entre Psoe y Pnv no contiene ni una sola medida que defienda los intereses de sus grandes empresas. El pacto se centra en el autogobierno y la mejora de la fiscalidad en País Vasco, pero no hace referencia al nuevo tipo efectivo del 15% de tributación sobre el resultado contable de las grandes empresas en el Impuesto sobre Sociedades.
De momento, Repsol, Iberdrola y BBVA han preferido no entrar a valorar este acuerdo ante la consulta de este medio. Tampoco se pronuncian sobre la extensión del gravamen temporal a la banca y a las energéticas, pese a que fue el propio PNV el que llenó de enmiendas la medida en 2022 para defender a estos grandes socios de la Hacienda vasca. No hay que olvidar que sólo entre Iberdrola y Petronor (filial de Repsol), generan anualmente alrededor de 1.500 millones en impuestos, que es cerca del 12% de todos los ingresos fiscales vascos.
En este contexto, habrá que recordar que fue Imaz CEO de Repsol y expresidente del PNV, quien comentaba que este clima traerá consecuencias a sus inversiones industriales tanto en País Vasco como en el resto de España. La petrolera tiene parado un proyecto de 200 millones de euros para añadir 100 megavatios (MW) adicionales a su refinería de Muskiz y poder refinería tanto la actividad de la planta como la demanda existente en el Gran Bilbao.
Poer su parte, Sánchez Galán ha preferido mantener en este caso ‘un perfil bajo’ con esta negociación. El presidente de Iberdrola, que fue el primero en recurrir el ‘impuestazo’, espera a que se forme el Gobierno para posicionarse en esta nueva situación. El propio Sánchez Galán mantuvo un encuentro a finales de octubre con Iñigo Urkullu para insistirle en el “compromiso” de esta empresa con el País Vasco. El presidente que insiste en que Iberdrola es, y sigue siendo, “una empresa vasca” le recordó al lehendakari que el impacto socioeconómico en el País Vasco fue de cerca de 2.700 millones de euros en 2022 por su actividad. Sus inversiones en el País Vasco fueron de 241 millones de euros, y la contribución fiscal (400 millones de euros), aportó más del 2% del total del PIB vasco. A ello han añadido el efecto de pagos a proveedores y salarios. Iberdrola efectuó compras a cerca de 600 proveedores vascos por más de 1.700 millones de euros. Es decir, que el PNV debe cuidar su negocio.
BBVA mantiene su sede social en el histórico palacio de San Nicolás en Bilbao, pese a contar con la gran parte de su plantilla en España en Madrid. El grupo bancario emblemático en el País Vasco trasladó a través de su consejero delegado que convertir en permanente el impuesto a la banca afectaría a la capacidad de aportar valor a los ciudadanos.
El pacto rubricado este viernes entre el PNV y el PSOE incluye más avances en la concertación de impuestos. Entre los que cabe esperar que se consiga concertar los impuestos a banca y energéticas, según trasladan fuentes conocedoras. Se trata de prestaciones patrimoniales en realidad, que se lograrían concertar, lo que sustituirá al porcentaje de su recaudación que ahora reciben País Vasco y Navarra.