Así lo ha señalado durante su intervención en la conferencia anual de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS). En ella, ha detallado que, en cuanto a la rentabilidad de los bancos, la previsión es que se verá afectada negativamente por el aumento de los costes de financiación, como consecuencia de tipos de interés más altos, y por volúmenes de préstamos mucho más bajos. «Y la combinación duradera de bajo crecimiento y mayores costes del servicio de la deuda seguirá ejerciendo presión sobre los hogares y las empresas vulnerables, lo que podría provocar un aumento de los préstamos en mora», ha dicho.
Además, ha avisado de que la lista de vulnerabilidades de nuestro sistema financiero sigue siendo larga. «Por ejemplo, los fondos del mercado monetario y los fondos de inversión, en particular los que invierten en activos ilíquidos. Y aún podrían resurgir canales de contagio». «En particular, las políticas de márgenes de las cámaras de compensación de las entidades de contrapartida central podrían amplificar la tensión en el sistema. Las tenencias de títulos de renta fija de los bancos de la UE podrían reducirse considerablemente, en caso de que fuera necesario venderlos».
En resumen, Lagarde ha destacado que, hasta la fecha, el sistema financiero europeo ha evitado el peor de los casos, que se materialicen al mismo tiempo riesgos sistémicos graves. Sin embargo, cree que las autoridades deben seguir siendo proactivas y mantenerse alerta ante los riesgos para la estabilidad financiera a medida que surjan.