Los expertos de Julius Baer, sin embargo, dudan de que una disminución de tipos y de los rendimientos de los bonos sea suficiente para elevar «de manera sostenida» los precios del oro. Afirman estos analistas que la perspectiva económica general de ausencia de recesión, ausencia de una reversión rápida en la política monetaria de Estados Unidos y ausencia de tensiones sistémicas en el sistema bancario argumentan en contra de precios del oro más altos. «Aunque los riesgos económicos están aumentando nuevamente, parecen estar más que bien reflejados en el mercado en este momento».
«A diferencia de antes de la guerra, ya no se trata de tipos de interés más altos por más tiempo, sino más bien del pico del ciclo y del incremento de las expectativas del primer recorte de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos. Este cambio se ha visto desencadenado por el reciente informe de inflación de Estados Unidos, que mostró aumentos de precios menores de lo esperado, pero provocó una reacción desproporcionada en los mercados financieros, especialmente en el dólar estadounidense y los rendimientos de bonos estadounidenses. En consecuencia, el oro ha vuelto a subir a 2.000 dólares por onza», detallan.
Sin embargo, insisten en que el pasado ha demostrado que la disminución de los tipos y de los rendimientos de bonos no son suficientes para elevar de manera sostenida los precios del oro. «El período de 1980 a 2000 sirve como ejemplo. No solo estaban cayendo los rendimientos de bonos, sino también la demanda de refugio seguro y los precios del oro. Es cierto que este período también se caracterizó por ventas a gran escala de bancos centrales, mientras que ahora enfrentamos compras fuertes».