La operadora deberá blindar la ‘paz social’ antes del arranque de los festejos del centenario, con la inquietud sobre el programa de recortes laborales -a través de un plan de salidas incentivadas o con un ERE- y cómo se configurará en la práctica. Tiene que pactar un nuevo marco de relaciones para los próximos tres años, con el teletrabajo, los ajustes salariales y la potencial mejora de los empleados ‘fuera de convenio’ como algunas de las claves.
Tanto en 2015 como en 2019, en el marco de las dos negociaciones de los dos convenios colectivos para las tres sociedades principales de la teleco el plan de bajas incentivadas (conocido por las siglas PSI) se puso sobre la mesa después de arrancar las primeras conversaciones entre las partes Era el elefante en la habitación. Ahora esta semana se abordan los primeros contactos para poner en marcha la mesa de negociación. Una mesa con la que pactar el tercer ‘acuerdo laboral’ pero con el plan de bajas ya perfilado -aunque no presentado formalmente- y apuntado al mercado en el ‘Investor Day’ del pasado 8 de noviembre dentro del programa de 600 millones de recorte de costes.
Precisamente ese ha sido el detonante: las cifras aportadas en ese encuentro con analistas y el silencio oficial por parte de la compañía durante estas casi dos semanas desde aquella jornada con los inversores. Los sindicatos movieron ficha y plantearon un tercer convenio, descartando la prórroga para así asegurar mejoras salariales y otras condiciones durante la vigencia del plan estratégico -y del potencial plan de bajas-. Lo hicieron de la mano, pese a que había ciertas dudas sobre abordar la negociación de un nuevo texto, explican a La Información fuentes conocedoras.
El plan de bajas será previsiblemente la medida más relevante que se ponga sobre la mesa en esa negociación. Existe mucha inquietud en la plantilla, especialmente entre los empleados potencialmente afectados tanto por edad como por actividad -hay un objetivo claro que es abordar la reducción de peso laboral por el cierre de las centrales de cobre y el futuro apagado de las redes 2G y 3G-. Pero existen dudas aún sobre la incidencia total y la configuración. La empresa se guarda cartas para mover su propuesta en la negociación. Ha habido un ruido creciente sobre si podía optarse más por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y no por un plan de suspensión, con sus pros y contras en las cuentas de resultados -y sus incidencias en las arcas públicas-. En un primer momento, según explicaban fuentes conocedoras, se planteó como una propuesta plurianual -como sucediera en el primer PSI de 2015- por lo que se abrirían varias ventas. Aunque esto tampoco ha sido completamente cerrado.
Este recorte laboral no es la única medida que habrá que abordar en este nuevo convenio. Desde UGT consideran «prioritario» afrontar una negociación en base a cuatro ejes: renovar la triple garantía de empleo; la consolidación del modelo retributivo; el fortalecimiento del acuerdo de teletrabajo, y la actualización de todos los procesos de movilidad geográfica y funcional. Esta última ha sido una exigencia mantenida desde hace tiempo, pues aún no se ha llevado a cabo el ‘blindaje’ del trabajo en territorios pequeños a través del mapa de empleo por provincias Hay otro frente que sería abrir la puerta a extender ciertas condiciones laborales a los empleados ‘fuera de convenio’ e incluidos en la filial de tiendas (Telyco) y otras sociedades del grupo.
Respecto a la materia salarial, el convenio actual cuenta con una cláusula de revisión que ha abierto la puerta a compensar de manera directa la inflación disparada en el mercado español tras el estallido de la pandemia. Permitió incrementar las nóminas hasta el 7,5% para sus trabajadores tras los ajustes pactados en el primer trimestre de este año. Eso también deberá abordarse precisamente en los primeros meses de 2024, según explican fuentes sindicales. Para el ejercicio 2023 se garantizaba una subida del 1,5% con carácter consolidable. Además si el IPC real fuera superior a ese incremento se deberá ajustar al alza. Ese Índice de Precios al Consumo (IPC) de octubre subió un 3,5%.
La primera reunión tendrá lugar este jueves por la tarde. Pero tal y como aseguran fuentes internas no habrá grandes avances, pues sólo servirá para una primera toma de contacto para constituir la mesa de negociación. No se espera que se plantee una gran cantidad de medidas, las cuales se propondrán en siguientes encuentros que se mantendrán en las siguientes semanas. Desde los sindicatos creen que las conversaciones podrían ser relativamente rápidas, aunque no será fácil que se llegue a un acuerdo antes de que arranque el ejercicio 2024.
Las subidas salariales y el resto de medidas afectaría a más de 13.000 empleados que conforman las plantillas. Pero entre las tres filiales -incluyendo los equipos directivos y mandos intermedios- sumarían entre 16.000 y 17.000 empleados.