La reunión, que estaba prevista para este fin de semana, se tuvo que posponer ante las discrepancias de Arabia Saudí con las cuotas de producción de algunos de sus socios. El precio del petróleo brent reacciona con un alza de más del 1%, hasta los 84 dólares, niveles de principios de noviembre.
La presión por un nuevo recorte de producción había aumentado en las últimas semanas. Superado el nerviosismo inicial que generó el conflicto en Gaza, los precios del crudo han caído al entorno de los 80 dólares por los temores de desaceleración económica y ante los elevados inventarios. Un nuevo recorte del grupo de un millón de barriles por día sería en realidad solo la mitad en términos reales porque algunos países ya están bombeando por debajo de sus objetivos. En todo caso, el un recorte generalizado de un millón de barriles diarios entre los países del cartel petrolero más la reducción en la misma cuantía de la extracción de Arabia Saudía ya tendría el efecto de evitar otro recorte adicional a principios del próximo año.
La OPEP y sus aliados liderados por Rusia se enfrentan a un momento delicado. Desde los máximos de septiembre el Brent ha bajado más de un 13% en medio de un exceso de oferta y un contexto económico más débil. Los mercados podrían debilitarse aún más el próximo año. Los organismos internacionales, entre los que se encuentra la Agencia Internacional de la Energía, esperan una desaceleración en el crecimiento de la demanda se acentúe. “Sin recortes reales de la producción muchos inversores verán que el mercado tiene un exceso de oferta, lo que arrojará un manto bajista sobre los precios a corto plazo”, señala a Bloomberg Clay Seiglé, analista de Rapidan Energy.
Uno de los motivos de disputa ha girado sobre si los miembros africanos Angola y Nigeria deberían aceptar objetivos de producción reducidos que reflejen sus menores capacidades de producción. Cuando la OPEP+ se reunió por última vez en junio, a Angola y Nigeria se les asignaron cuotas más bajas para 2024, lo que reflejaba una menor capacidad productiva debido a la falta de inversión y las interrupciones operativas.
El recorte aprobado no es profundo pero al menos se alinea con la política ya adoptada por el mayor productor de petróleo del mundo, Arabia Saudí, y es un gesto de la disposición de la OPEP + de reducir producción con tal de apuntalar el precio de la materia prima, más aún ante un escenario de desaceleración de la economía global que hace temer por una menor demanda. Los analistas de Citi señalan que si la OPEP+ aprueba recortes más profundos, el crudo podría repuntar cinco dólares por barril.