Con todo, la economía española se comportaría mejor que el conjunto de la zona euro, donde el endurecimiento de las condiciones financieras está pesando sobre la actividad. En particular, sobre la construcción y la inversión.
Deutsche Bank estima que el crecimiento del PIB de la zona euro será de en torno al 0,7% de media en 2023, cifra similar a las previsiones para 2024, dado que se espera que la actividad económica siga siendo moderada, si bien el aumento de la renta real disponible sería un factor estabilizador. Respecto a la economía de EEUU, el banco dice que también se mantendrá “resistente”, con un crecimiento del 2,3% en el conjunto de 2023. Añade que, a pesar del fuerte impulso económico, se avanza en el reequilibrio del mercado laboral y en la contención de la inflación. No obstante, estima una ralentización en el primer semestre, a medida que se elimine el exceso de ahorro y la economía refleje los efectos del endurecimiento monetario, creciendo en el entorno del 0,8% en 2024.
En China, el apoyo monetario y fiscal debería proporcionar un contexto favorable para la inversión interna y para el empleo el próximo año, aunque los problemas en el sector inmobiliario seguirán minando el crecimiento a corto plazo, afirma el banco. Añade que la reducción de la tasa de ahorro de los hogares debería seguir favoreciendo al consumo privado. En consecuencia, Deutsche prevé un crecimiento del PIB chino del 4,7% en 2024.
En este contexto, Duce, Chief Investment Officer de Deutsche Bank en España, ha explicado que “aunque la economía mundial pueda debilitarse ligeramente a corto plazo, se espera que la inflación se mantenga firme debido a una serie de factores, como la continua rigidez de los mercados laborales”. Así las cosas, “los tipos de interés se mantendrán altos a ambos lados del Atlántico y los bancos centrales iniciarán sus ciclos de recortes a lo largo de 2024”, ha subrayado.
De este modo, Deutsche Bank espera una inflación todavía del 2,9% en 2024 en la zona euro y que el BCE mantenga sin cambios sus tipos de interés durante el primer semestre de 2024. En EEUU, según sus previsiones, la inflación se situará en el 2,8% (media anual) el próximo año, debido a una menor actividad y a un debilitamiento del mercado laboral.
En renta variable, Deutsche Bank tiene una posición ‘neutral’ de cara a 2024. También es ‘neutral’ en términos de preferencia geográfica, con algo más de inclinación por Europa. Considera probable que las bolsas sigan muy influidas por la evolución de la renta fija el próximo año. En general, a largo plazo, el banco explica que la caída de los rendimientos de los bonos debería ser favorable, en particular para las empresas de pequeña capitalización, afectadas por el aumento de los costes de financiación.
Los valores sustitutivos de los bonos, como las utilities, también deberían obtener mejores resultados, aunque probablemente habrá que esperar a que los bancos centrales den más señales de que iniciarán el ciclo de rebajas de tipos, afirma Deutsche.
En renta fija, Deutsche Bank explica que la mejora prevista de las condiciones crediticias a finales de 2024 beneficiará al crédito IG (Investment Grade) en dólares, mientras que el entorno económico benigno favorecerá al crédito IG denominado en euros.
Aunque los niveles de rentabilidad seguirán siendo elevados en los bonos High Yield en dólares, los posibles problemas de refinanciación de los emisores de menor calificación reducirán su atractivo en 2024, indica. Asimismo, espera un estrechamiento de los diferenciales de los bonos soberanos y corporativos emergentes.
“En términos de rentabilidad, la renta fija será un activo muy interesante en 2024 y, en renta variable, la atención seguirá centrada en las perspectivas de beneficios empresariales, que podrían aumentar en términos anuales en los próximos trimestres y, por lo tanto, a lo largo del próximo año”, ha explicado Alejandro Vidal, responsable del equipo de Investment Managers de Deutsche Bank España. En esta línea, dado que es probable que la política monetaria de la Fed y del BCE se muevan al unísono, con rebajas en ambos casos de 75 puntos en el año, “prevemos que el euro/dólar se sitúe en 1,10 a finales de 2024”, concluye.
A medida que los bancos centrales pasen de las subidas de tipos a los recortes, el oro debería beneficiarse en el mercado de materias primas, afirma Deutsche Bank. Igualmente, respecto a los precios del petróleo, el banco espera que los miembros de la OPEP continúen con sus recortes de producción a corto plazo y ve probable que los precios suban “modestamente”, si bien considera que los riesgos geopolíticos deberían desencadenar otros movimientos.