Y, entre los síntomas que animan este análisis, ha destacado una carta remitida por el secretario general de la Organización de Países Expotadores de Petróleo, el kuwaití Haitham Al Ghis, a sus miembros para que rechacen las prouestas sobre el fin del uso del petróleo y el gas.
El texto ha aparecido en informaciones de The Guardian y Reuters –que afirma que tres fuentes corroboraron su autenticidad–. La OPEP ha rechazado hacer comentarios. En esa misiva, el secretario general escribe que “parece que una indebida y desproporcionada presión en contra de los combustibles fósiles puede alcanzar un punto sin retorno de consecuencias irreversibles”.
Y añade: “Aprovecho para, respetuosamente, pedir a los países miembro de la OPEP a que proactivamente rechacen cualquier texto que ponga el foco sobre los combustibles fósiles en lugar de las emisiones [de gases de efecto invernadero]”.
Esta referencia a distinguir entre los combustibles fósiles y las emisiones de gases está en la base para aplicar el término unabated [sin mitigación] al uso del petróleo, el gas o el petróleo: si se mitiga, es decir, se captura el CO2, pueden utilizarse esos combustibles fósiles. “Es indignante esta llamada a las desesperada de la OPEP para rechazar cualquier acción en la COP28 contra los combustibles fósiles”, ha reaccionado la directora de campaña de Greenpeace internacional, Shady Khalil. “Se nota que la industria del petróleo y el gas sienten el calor de las conversaciones que se dirigen hacia el abandono progresivo de las energías fósiles”, ha proseguido. “Animamos a los países productores, incluido Arabia Saudí, a que se adhieran al objetivo trazado por la presidencia de la COP de reducir estos combustibles en esta década para conseguir parar el calentamiento global en 1,5ºC”, remata.
En la delegación de la Unión Europea interpretan esta carta como una señal de que estos estados están viendo una “amenaza real” de que que se salga de la cumbre con un buen acuerdo. Y el director del think tank Power Shift Africa, Mohammed Adow, también entiende que “esta carta muestra que los intereses de los combustibles fósiles comienzan a darse cuenta de que la situación se les está poniendo difícil. Sus productos han puesto en peligro al planeta y empujado a millones de personas al borde la supervivencia”.
Sin embargo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no se opone al fin de los combustibles fósiles pero sí a ponerle fecha porque considera que hacerlo «no es realista» debido a que, al menos hasta 2045, continuará aumentado la demanda, han asegurado hoy fuentes conocedoras de su posición en la COP28. «La demanda sigue creciendo, pregunten a los países que compran petróleo por qué. Nosotros no les decimos que compren, no les obligamos, sólo atendemos sus pedidos», ha afirmado la misma fuente en una conversación sobre los argumentos que mantiene la OPEP en las negociaciones de la Cumbre Mundial del Clima de Dubái (COP28)
Según las previsiones que manejan, no será hasta 2045 cuando la demanda de petróleo comience a caer, y han subrayado que no sólo tiene usos energéticos, sino que también es muy importante para la industria petroquímica, que nutre, por ejemplo, a las farmacéuticas y cuyas necesidades no dejan de crecer. No obstante, han confirmado la autenticidad de una carta publicada en varios medios y cuya difusión ha enturbiado las negociaciones con los países que, como los del bloque liderado por la UE, defienden salir de la COP28 con un acuerdo «claro y con fechas» sobre el inicio del fin de la era de los combustibles fósiles.
Según la misma fuente, se estima que el 79,5% (124.352.000 millones de barriles) de las reservas probadas de petróleo del mundo se encuentran en los países miembros de la OPEP, la mayor parte de ellas en Oriente Medio.
La alianza OPEP+ reúne a los miembros de la OPEP y a otros diez países (Azerbaiyán, Baréin, Brunéi, Kazajistán, Malasia, México, Omán, Rusia, Sudán y Sudán del Sur), a los que está previsto que se sume Brasil.