Según el análisis Evolución reciente de la financiación y del crédito bancario al sector privado no financiero, Segundo semestre de 2022, elaborado por Alves, de la Dirección General de Economía y Estadística del Banco de España, y Delgado, Lavín, Garrido y Pérez Montes, de la Dirección General de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución, y publicado en el Boletín Económico del supervisor, el peso de las exposiciones al sector energético ha registrado un incremento a partir de 2020, aumentando en 1,7 puntos, principalmente por la evolución de las exposiciones asociadas al transporte, distribución y comercio de electricidad.
Este segmento ha más que duplicado su peso sobre el total del crédito empresarial en los últimos dos años, pasando de un 0,9% a un 2,1%. El resto de los sectores energéticos mantienen su peso estable desde 2020.
El Banco de España ha observado un incremento de los activos problemáticos relacionados con la energía. El peso de las operaciones en vigilancia especial se incrementó en 1,3 puntos hasta septiembre de 2022, llegando a alcanzar un 3,5%
(frente al descenso de 2 puntos y el nivel del 10,4% para el conjunto de los préstamos a la actividad empresarial). Por su parte, las exposiciones dudosas se incrementaron más levemente —en tres décimas—, alcanzando el 1,8% (frente al
descenso de medio punto y el nivel del 5% para el conjunto de los préstamos a la actividad empresarial).
Para los distintos subsectores energéticos se observan incrementos generalizados de la proporción de activos problemáticos, excepto para el sector del gas, donde es estable, y en el de transporte, distribución y comercio de electricidad, donde disminuye.
Los préstamos a no residentes tienen un peso importante dentro de estas exposiciones problemáticas, y representan en septiembre de 2022, respectivamente, un 61% y 52% de las exposiciones en vigilancia especial y dudosas. Este empeoramiento de la calidad del crédito a empresas energéticas se traduce en un incremento de los tipos de interés en las nuevas operaciones, y en una reducción del plazo (desde 4,1 años en septiembre de 20202 a 2,1 en el mismo mes de 2022).
«Es conveniente mantener un seguimiento continuado y granular de estas exposiciones, también debido a la expectativa de que el impacto de la incertidumbre energética tenga un efecto desigual en distintos subsectores y empresas», subraya el análisis del Banco de España.
Endurecimiento de las condiciones de financiación
El Banco de España constata que las condiciones de financiación han seguido endureciéndose en el segundo semestre de 2022, y que se ha intensificado la traslación del aumento de los tipos de interés de mercado al coste de los préstamos.
Esto se ha traducido en un descenso del flujo de nueva financiación, salvo para el crédito de consumo, que sigue creciendo, aunque todavía es un 13% inferior al nivel prepandemia.
El tipo de interés del nuevo crédito bancario para la compra de vivienda ha aumentado en 95 puntos básicos (pb) entre junio y noviembre, y el del crédito para consumo lo ha hecho en unos 65 pb. Por su parte, el incremento del coste de la nueva financiación bancaria concedida a las actividades productivas ha sido más intenso: entre los 120 pb en los préstamos a empresarios individuales y los 155 pb en las nuevas operaciones de crédito concedido a las sociedades no financieras por importe superior al millón€.
Los dudosos del crédito al sector privado residente continuaron descendiendo y se situaron en septiembre de 2022 en los 43,4 mm€, tras caer un 3,5% en el tercer trimestre del año y un 13,2% de forma acumulada en los últimos doce meses (8,1 puntos más que en septiembre de 2021). De este modo, el crédito dudoso acumula también un descenso del 20% desde diciembre de 2019.
Los dudosos descendieron en el tercer trimestre de 2022 tanto en hogares (4,2%) como en sociedades no financieras y empresarios individuales (3,1%). Los descensos acumulados interanuales fueron, respectivamente, del 19% y del 8,3%.
Los créditos en vigilancia especial, por su parte, descendieron un 3,3% en el tercer trimestre de 2022, acumulando un descenso interanual del 13,1% (3,6 puntos más que en junio), hasta situarse en 81,9 mm€. A este descenso interanual contribuyeron tanto los hogares (–10,5%) como las sociedades no financieras y los empresarios individuales (–15,1%).
«Pese a esta corrección, el volumen de crédito en vigilancia especial es todavía un 22,9% superior al de antes de la pandemia, lo que pone de manifiesto que persisten riesgos latentes para la calidad crediticia, a pesar del buen comportamiento del conjunto de los créditos dudosos», subraya el análisis del Banco de España
El mayor deterioro relativo se observa en los créditos concedidos con aval del ICO, con una ratio de dudosos cercana al 6% en septiembre de 2022, frente a niveles de esta ratio del 3,5% y del 0,5% en diciembre de 2021 y de 2020. En contraste, el total de los préstamos a sociedades no financieras y a empresarios individuales registró una ratio de dudosos del 5% en septiembre de 2022, tras un descenso de aquella de 4 décimas desde diciembre de 2021.
Por su parte, el 21,2% de los préstamos con garantía del ICO están clasificados como en situación de vigilancia especial en septiembre de 2022, 0,9 puntos más que en diciembre de 2021. En comparación, esta ratio alcanza el 10,4% para el conjunto del crédito a la actividad empresarial al final del tercer trimestre, lo que representa un descenso de 2 puntos desde diciembre de 2021.
El final de la mayor parte de las carencias de los préstamos del ICO durante el segundo trimestre de 2022 puede hacer crecer, aún más, sus ratios de activos problemáticos.
Los préstamos refinanciados o reestructurados, que también suelen identificarse con un mayor riesgo (un 50,2% de ellos estaban clasificados como dudosos en septiembre de 2022), descendieron también en el tercer trimestre de 2022, un 3,6% hasta los 52,6 mm€, lo que supone un descenso interanual del 12,4%, relevante en sociedades no financieras y en empresarios individuales (7,3%).