La entidad estima que el impulso expansivo iniciado con la salida de la pandemia se irá perdiendo por los efectos de la subida de los tipos de interés, el menor potencial de incremento del empleo y la política fiscal.
La saneada situación financiera de los hogares y las empresas en términos agregados y la ausencia de grandes desequilibrios estructurales reducen el riesgo de una recesión duradera o profunda a corto plazo, según han expuesto durante la presentación a los medios de comunicación de la publicación cuatrimestral que Ibercaja edita desde hace 25 años. Los expertos también auguran que un escenario más positivo sería posible si se produjera un mayor esfuerzo inversor que contribuyera a mejorar la productividad de las empresas.
El crecimiento económico de España en 2023 ha sorprendido positivamente respecto a las previsiones más conservadoras realizadas previamente por la entidad gracias a que el efecto de la inflación sobre las cuentas de los hogares se ha ido diluyendo gracias a la expansión de los salarios, que ha absorbido buena parte de la capacidad adquisitiva que se perdió en 2022.
Además, el excedente de ahorro acumulado durante la pandemia apenas se ha gastado, de acuerdo con las cuentas de los sectores institucionales que publica el INE.
Por otra parte, los analistas de Ibercaja consideran que la subida de los tipos de interés está dañando la economía menos de lo previsto gracias a la buena situación financiera y a la reducción del endeudamiento de hogares y empresas.
Como aspecto negativo, señalan que «la buena situación en términos agregados no debe ocultar las distintas realidades de los hogares españoles por su nivel de renta y por su situación de endeudamiento. Así, consideran que los hogares con rentas más bajas pudieron ahorrar menos en la pandemia y se vieron más castigados por la inflación de los alimentos, la electricidad y otros productos básicos».
Para el año 2024, las estimaciones de la entidad apuntan a que la evolución del PIB estará condicionada por la capacidad de las empresas para mantener sus márgenes. «El mayor riesgo es que la subida de los costes laborales sin incremento de la productividad termine generando una pérdida de competitividad que, de prolongarse en el tiempo, concluya en un ajuste mediante la destrucción del empleo», aseguran.
AGOTAMIENTO DEL MERCADO LABORAL
Más allá de este riesgo de medio plazo, en Ibercaja también apuntan al inminente agotamiento del mercado laboral por motivos demográficos causados por el envejecimiento de la población y por el desajuste entre la oferta y la demanda laboral causada por problemas estructurales del sistema educativo que están llamados a seguir ganando protagonismo en los próximos años.
En este sentido, el banco pronostica que la tasa de paro en España se situará en el 12% en 2023 y tan solo 7 décimas por debajo en 2024 (en el 11,3%); y que la variación de la ocupación será del 2,8% este año para descender al 1,5% en 2024. «Las empresas han reducido la inversión por prudencia ante la incertidumbre causada por la inflación, la crisis energética o la subida de los tipos de interés desde niveles inusualmente bajos», subrayan desde la firma.
«Conforme se configure el nuevo ciclo y se despejen las mayores amenazas, con la ayuda de los fondos europeos y de un sistema financiero solvente y con capacidad para conceder más crédito, podríamos vernos sorprendidos otra vez por una economía más resistente de los que creíamos», concluyen desde Ibercaja.