Los establecimientos financieros de crédito prestaron 21.794,44 millones de euros entre enero y septiembre, cifra que implica un aumento interanual del 4,3%, pero certifica una desaceleración que no se veía desde la pandemia del Covid cuando las restricciones a la movilidad y las incertidumbres que planeaban sobre la economía impulsaron el ahorro entre las familias en detrimento del consumo.
La evolución ha ido de menos a más en el ejercicio: la nueva concesión crecía un 14,6% hasta marzo y al 7,1% al cierre de junio porque durante el segundo trimestre estanco apenas avanzó un 0,6% y en el periodo transcurrido entre junio a septiembre sufre, incluso, un retroceso interanual del 0,9%, aún siendo septiembre un mes tradicionalmente activo por las compras asociadas a la vuelta de los pequeños y jóvenes al colegio y universidades.
Las cifras proceden de las estadísticas compiladas por la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (Asnef) que reúne bajo su paraguas tanto a financieras de bancos (Santander Consumer, CaixaBank Payments & Consumer, la filial de BBVA o Sabadell Consumer, entre otras); como de fabricantes de vehículos tales como Stellantis Financial Services, Mercedes-Benz Financial Services o Volkswagen Bank; de cadenas de distribución (la financiera de El Corte Inglés y sus gemelas en Carrefour o DIA, por ejemplo) y especialistas en financiación al consumo como Cetelem, de BNP Paribas.
«Nuestra inversión está creciendo, menos que el año pasado, cuando lo hizo al 21,7%, pero estamos por encima de niveles prepandemia. Lo que sí hemos detectado es un parón en la demanda», explica Ignacio Pla, secretario general de Asnef. Gran parte de la actividad de estas entidades es la financiación en el punto de venta que permite al ciudadano realizar compras a plazos en tiendas de electrodomésticos, de mobiliario, menaje, viajes, vehículos, etcétera.
Entre enero y septiembre, los establecimientos financieros de crédito efectuaron 6,14 millones de operaciones con clientes, lo que supone un descenso del 0,3%. Esto se produce después de haber contabilizado contracciones próximas al 7% en los dos últimos trimestres y pese al empuje del 16% que mostraban las transacciones en el arranque del año. «Estas caídas quizá se suavicen ahora porque el último trimestre del año es una época buena para el consumo y nosotros lo financiamos: desde el Black Friday hasta las rebajas de febrero y, sobre todo, con la Navidad», confía el secretario general de Asnef.
¿Por qué flaquea la actividad? «Hay menos solicitud, menos demanda y creo que se debe, de un lado, a una pérdida de confianza. Cuando hay miedo a lo que vendrá se retiene el consumo; e indudablemente se debe a que la gente tiene menos dinero disponible. El coste de la vida se ha disparado mucho. La inflación tiene consecuencias en las familias y en su cesta de la compra, y también las tiene la subida de tipos porque encarece la financiación», razona Pla. No es un problema de solvencia. La financiación al consumo, al igual que el crédito en general, sigue sin encajar un deterioro en el repago. «Estamos tranquilos porque vemos estabilidad. Nosotros estamos en un 6,47% frente al 3,56% del total del sector financiero, sin haber experimentado cambios significativos ni preocupantes», comparte. «Mientras que los datos de paro y desempleo no varíen sustancialmente, la gente sigue haciendo frente a sus créditos y a sus obligaciones de pago», explica, aunque reconoce que hay incertidumbres en el horizonte como el potencial impacto de una desaceleración económica o un agravamiento en crisis geopolíticas como ha ocurrido con el conflicto de Israel tras la guerra de Ucrania y cuyos efectos están por despejar.
Ante este escenario las propias entidades confiesan haber endurecido las condiciones de acceso a la financiación en las últimas encuestas sobre proyecciones de financiación que elabora el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España. «La gente consume menos porque tiene menos renta disponible y nosotros, cuando hacemos la evaluación de solvencia de un cliente, si vemos menos renta disponible hay créditos que también tenemos que denegar o limitar la concesión para no sobre endeudar al cliente», apunta.
En la reducción de la demanda hay un efecto inducido del hundimiento en las operaciones hipotecarias, dado que la compra de una vivienda alimenta la adquisición a plazos del menaje, los electrodomésticos y mobiliario. Según datos del Banco de España, la banca firmó préstamos hipotecarios entre enero y octubre por valor de 46.104 millones, cuantía un 15,24% inferior a la otorgada en igual periodo del año previo y que apenas duplica la financiación al consumo de los establecimientos financieros de crédito.
Pero a la vez se ha dado el efecto contrario de alentar la adquisición de bienes y artículos de menor importe, precisamente, al retrasarse la compra de pisos por el encarecimiento de los préstamos. «También hay gente que dedica esos recursos a un gasto menor como puede ser cambiar los muebles de la casa, hacer la cocina nueva o comprarse un coche», indica Pla.
La financiación al consumo es la que menos ha trasladado la subida de tipos de interés. Según datos del Banco de España, el interés de estos créditos ha escalado desde el 6,10 al 8,23% TEDR -similar a la TAE sin incluir comisiones- entre diciembre de 2021 y octubre pasado. En paralelo, el TEDR de las nuevas hipotecas avanza del 1,39 al 3,86% y del 1,28 al 5,10% en la financiación a empresas.