Estos temores, reavivados en las últimas horas tras una serie de ataques, se han reflejado en los mercados. Los precios del petróleo escalaban este martes más de un 2% y los del gas natural se han llegado a disparar más de un 8% en Europa este miércoles, si bien luego las alzas se han moderado a la mitad.
Si bien los desvíos de barcos no han tenido un gran impacto en los suministros todavía, el mercado sigue en alerta máxima dadas las amenazas potenciales a las principales rutas de tránsito para las exportaciones de energía. Algunos cargamentos de gas natural licuado (GNL) han estado cambiando de rumbo para viajes más largos que duran más de un mes mientras evitan el Mar Rojo, según datos de tráfico marítimo. Muchos de los buques van y vienen desde Qatar, que se ha convertido en un exportador clave de GNL para Europa al ser poseedor de la tercera mayor reserva mundial y al ser una alternativa a Rusia en el momento en el que las economías occidentales dejaron de exportar gas de Moscú por la guerra en Ucrania. Compañías europeas como la francesa TotalEnergies, la italiana Eni o la holandesa Shell han firmado contratos a largo plazo para el suministro desde el emirato.
Pese a la escalada de este miércoles hasta superar los futuros a un mes en el mercado holandés, el de referencia, los 37 euros por megavatio/hora (MwH), rango que después se ha moderado hasta los 35 euros, los precios del gas en Europa se han estado negociando en un rango relativamente estrecho en los últimos días y están en camino de perder más del 50% en lo que va del año. Los elevados inventarios de combustible y la demanda relativamente débil han aumentado la confianza en que el continente debería pasar cómodamente esta temporada de calefacción.