El Producto Interio Bruto (PIB) generado por la economía española registra una variación intertrimestral del 0,2% en el cuarto trimestre del 2022, tasa similar a la estimada para el tercer trimestre, por debajo del 2,2% del trimestre anterior y superior al 0% del primer trimestre del año, mostrando unas tasas de variación intetrimestrales oscilantes en el ejercicio completo.
El PIB de este trimestre se queda, de esta forma, un 0,9% por debajo del nivel del cuarto trimestre de 2019. Por su parte, en términos interanuales, la variación del PIB se sitúa en el 2,7%, frente al 4,8% del trimestre precedente, siendo, por tanto, 2,1 puntos inferior y, ésta última, 3 puntos inferior vs su trimestre anterior, por lo que encadenamos dos tasas de variaciones interanuales en descenso.
En el conjunto del 2022, el PIB a precios corrientes se sitúa en 1.328.922 millones de euros, un 10,1% superior al del 2021. En términos de volumen, el PIB registra un aumento del 5,5%, equivalente al del agregado de 2021 y aún un 1,3% inferior al promedio del 2019 (donde destaca, por un lado, consumo público, con un crecimiento, en el promedio del 2022 vs el promedio del 2019, de un 5,4% y, por el contrario, construcción, con una caída del 9,8%).
La contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual del PIB es de 0,6 puntos, siendo 2 puntos inferior a la del trimestre anterior, y mostrando una menor aportación gradual a lo largo del ejercicio. Por otro lado, la demanda externa muestra una aportación de 2,1 puntos, una décima inferior al trimestre previo.
Hablando de la demanda nacional, destaca el gasto en consumo final, que se incrementa un 2,4% interanual (aunque es 5 décimas inferior a la del tercer trimestre). En concreto, el gasto en consumo final de los hogares alcanza una variación positiva del 2,6% (2,2 puntos menos que el trimestre pasado) y el de las Administraciones Públicas un 1,9% (superior en 3,7 puntos al trimestre anterior). Por el lado contrario, destaca la variación negativa, del 5,5%, de la formación bruta de capital, siendo 7 puntos inferior al trimestre anterior.
En cuanto a la demanda externa, las exportaciones presentan una variación interanual del 7,6%, siendo 7,1 puntos inferior al trimestre anterior. Esta desaceleración es fruto del descenso en las tasas interanuales de las exportaciones de servicios (del 51,5% al 13,9%), que se ven en parte compensadas por el incremento en las tasas interanuales de las exportaciones de bienes (del 2,7% al 5,6%). En cuanto a las importaciones, éstas se incrementan un 2,2%, 6,5 puntos inferior que en el trimestre anterior, como resultado de la caída en las importaciones de bienes (del 6,5% al 0,5%) y de servicios (del 20,7% al 10,9%).
Por otra parte, el valor añadido bruto de las ramas industriales aumenta un 0,5% interanual (3,2 puntos inferior al trimestre anterior); en concreto, la industria manufacturera presenta una variación del 1,4%. La construcción experimenta una expansión interanual del 4,5% (1,2 puntos menos que en el trimestre anterior) y servicios un 3,6% (1,8 puntos menos que el trimestre precedente). Por contra, la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca descienden, de forma interanual, un 2,6%, mostrando en todos los trimestres de 2022 las caídas interanuales.
En conclusión, a pesar de la incertidumbre económica vivida en el año, con la guerra de Ucrania, la inflación (el IPC cierra diciembre del 2022 con un 5,7% interanual, tras un máximo, alcanzado en julio de este mismo año, de un 10,8%), las subidas de costes y de tipos de interés, hemos conseguido acabar el ejercicio con un crecimiento del PIB de un 5,5%, similar al del ejercicio anterior, y superior a las estimaciones y expectativas, mostrando la resiliencia de nuestra economía, y alejando el miedo sobre una recesión.
Con todo ello, encaramos un nuevo año, 2023, en el que, a pesar de continuar con todas las incertidumbres económicas que hemos comentado, y que seguirán afectando, esperamos que la economía nacional siga mostrando una recuperación, aunque en menor medida que este ejercicio, teniendo en cuenta la mejora de expectativas de forma generalizada; entre otros, gracias a la futura previsible rebaja de las tensiones inflacionistas y la caída que están mostrando los costes energéticos y las materias primas, aunque no hay que olvidar que las incertidumbres que rodean la economía son todavía elevadas. Recordar que la última estimación que dimos de cara al 2023 (a mediados de diciembre) fue un crecimiento del PIB del 0,4%.