En el conjunto de la Unión Europea (UE), las ventas minoristas también registraron un descenso del 0,2% frente a octubre y retrocedieron un 1,0% en comparación con el mismo mes de 2022. En términos intermensuales, el volumen del comercio minorista de la eurozona descendió un 0,4% para productos no alimentarios y un 0,1% para alimentos, bebidas y tabaco, mientras que aumentó un 1,4% para los carburantes de automoción. En el caso de la UE, el volumen del comercio minorista bajó un 0,3% en el caso de los productos no alimentarios y un 0,1% en el de alimentos, bebidas y tabaco, mientras que creció un 0,4% en el de los combustibles para automóviles.
Centrandonso ya en la situación de Espala, cada día del año pasado echaron el cierre una media de 39 pequeños comercios. El sector, que no había terminado de recuperarse de los efectos de la pasada crisis financiera, se ha visto golpeado recientemente por el choque inflacionario, el encarecimiento de la energía, por la fuerte subida de los costes de financiación a raíz del alza de tipos de interés con que el Banco Central Europeo ha tratado de atajar la escalada de los precios y, en última instancia, por la competencia que supone Internet. Esto, en un momento en que el comercio de proximidad afronta un futuro complicado por el necesario relevo generacional.
La falta de medidas específicas para estos negocios ha supuesto que se hayan perdido cerca de 14.000 establecimientos a lo largo de 2023, según las cifras que maneja la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). No es una situación nueva, dado que entre 2019 -el año previo al estallido de la pandemia de Covid- y 2022 han tenido que liquidar alrededor de 45.000 establecimientos, advierte esta organización. Del mismo modo, los datos de afiliaciones a la Seguridad Social de diciembre -que fueron publicados la pasada semana por el departamento que capitanea Elma Saiz- constataron un descenso de 13.671 cotizantes al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en el conjunto del ejercicio. Fue, de hecho, la única actividad que perdió trabajadores por cuenta propia junto con la industria manufacturera, si bien en el caso de la segunda la sangría fue menor, puesto que la caída de afiliados fue de 3.133 en el mismo periodo.
A estos problemas externos se ha sumado, en ocasiones, la falta de un plan de negocio claro o de un estudio de viabilidad. La crisis financiera expulsó a muchos trabajadores por cuenta ajena del mercado que optaron por abrir su propio negocio. Este es también uno de los factores que explica que, según las cifras que maneja UPTA, la vida media de un pequeño negocio en España no vaya más allá de los dos años y que alrededor de un 82% ni tan siquiera llegue a cumplirlos.
A las asociaciones del gremio les preocupa también la falta de relevo generacional en las tiendas, una situación que puede llevar a la desaparición de la mitad de los comercios de proximidad en España de aquí a diez años, de acuerdo con los cálculos de la Confederación Española del Comercio (CEC), la más representativa a nivel nacional puesto que agrupa a un total de 435.000 comerciantes.
La situación que atraviesan las tiendas de barrio dista mucho de la que vive el resto del colectivo, dado que para el conjunto de autónomos el pasado fue el mejor año prácticamente en una década, al sumar 15.965 activos. En concreto, las actividades científicas y técnicas, con 324.707 trabajadores por cuenta propia, han pasado a convertirse en el tercer sector más importante por detrás del comercio (740.361) y de la construcción (405.866), adelantando a la hostelería. Tradicionalmente este sector venía ocupando el quinto o sexto puesto por volumen de autónomos. «El mercado de trabajo por cuenta propia se está transformando», añade el secretario general de UPTA, quien también pone en valor el aumento de los cotizantes al RETA dentro del sector sanitario. En actividades profesionales, científicas y técnicas también se ha percibido un incremento muy notable en términos relativos (no tanto en volumen) de la presencia de mujeres emprendedoras, sobre todo en ámbitos de alta y media cualificación. Los relacionados con la docencia, un tipo de actividad altamente feminizada, son un buen ejemplo, aunque no el único.