Así lo ha indicado en su discurso inaugural del ‘Spain Investors Day’,en el que ha dicho también que en 2023 se hizo mucho progreso para frenar la inflación, pero que «se necesita hacer más para garantizar un retorno oportuno y sostenible a nuestro objetivo del 2%». El año 2023 terminó con una tasa de inflación de la eurozona ligeramente por debajo del 3% en diciembre, lo cual fue una buena noticia, ha indicado Guindos, quien ha subrayado que la inflación de los alimentos y la subyacente han disminuido sustancialmente y entrado en una trayectoria claramente descendente, respectivamente.
Con todo, el ex-ministro de Economía de España ha indicado que es probable que el rápido ritmo de desinflación que observamos en 2023 se desacelere en 2024 y se detenga temporalmente al principio del año, como sucedió en diciembre de 2023.
«Los efectos positivos derivados de la energía entrarán en juego y las medidas compensatorias relacionadas con la energía están programadas para expirar, lo que llevará a un aumento transitorio de la inflación, similar a lo que ha sucedido con la inflación general en España en los últimos meses», ha comentado.
La inflación en España alcanzó su punto máximo en julio de 2022, llegando al 10,7%, y la desinflación comenzó antes que en otros países de la zona euro, con la tasa bajando al 1,6% en junio de 2023. Desde entonces, la gran caída en los precios de la energía ha salido del cálculo y la inflación aumentó en promedio un 3% entre julio y diciembre, ha detallado Guindos. Volviendo a la actividad económica, el vicepresidente del BCE ha señalado que la desaceleración de la actividad parece ser generalizada, afectando especialmente a la construcción y la manufactura. Los servicios, ha anticipado, también se suavizarán en los próximos meses como resultado de la actividad más débil en el resto de la economía.
Sobre el mercado laboral, ha comentado que sigue siendo particularmente resistente a la desaceleración actual. La tasa de desempleo en la zona euro se situó en el 6,4% en noviembre, prácticamente sin cambios desde octubre y cerca de su mínimo histórico. «Sin embargo, estamos viendo los primeros signos de una corrección que se está produciendo en el mercado laboral. Los últimos datos sobre las horas trabajadas totales muestran una ligera disminución en el tercer trimestre, la primera desde finales de 2020. Esto se debe principalmente a la reducción en las horas trabajadas promedio que compensa el aumento derivado del aumento en el empleo. La continua disminución en las tasas de vacantes de empleo, que disminuyeron marginalmente nuevamente en el tercer trimestre, sugiere que el ajuste continuo en el mercado laboral también puede repercutir en el número de empleos», ha advertido.
En cuanto a las condiciones financieras y monetarias, Luis de Guindos ha dicho que los aumentos de tasas de interés pasados del BCE continúan transmitiéndose «de manera fuerte» a las condiciones de financiamiento, con tasas de préstamos empresariales prácticamente inalteradas en noviembre, superando el 5%, y tasas de hipotecas aumentando al 4%. «Las condiciones de financiamiento ajustadas se propagan a través de la economía, frenando la demanda y ayudando a reducir la inflación».
Antes de tomar sus decisiones de diciembre, el Consejo de Gobierno consideró de cerca sus implicaciones en términos de riesgo de fragmentación y estabilidad financiera, ha afirmado. «Los mercados de bonos gubernamentales están estables, los diferenciales de rendimiento soberano han demostrado ser resistentes a la normalización del balance del Eurosistema, y los inversores han sido capaces de absorber los valores adicionales liberados por la reducción de los programas de compra de activos».
Asimismo, De Guindos ha comentado que los bancos de la zona euro han demostrado ser resilientes, contando con niveles cómodos de capital y una sólida rentabilidad que hace que estén bien equipados para resistir choques adversos. «A pesar de estos fundamentos sólidos, las valoraciones bancarias siguen siendo comprimidas, señalando preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo de las ganancias bancarias en medio de perspectivas de crecimiento débiles, mayores riesgos a la baja debido al deterioro de la calidad de los activos, volúmenes de préstamos más bajos y costes de financiamiento más altos», ha reconocido. «Los vínculos directos e indirectos entre los bancos y el sector financiero no bancario ligeramente regulado también plantean riesgos para el sistema financiero en su conjunto y resaltan la necesidad de fortalecer la resiliencia no bancaria en el futuro. En general, la perspectiva requiere vigilancia y la política macroprudencial sigue siendo la primera línea de defensa contra la acumulación de vulnerabilidades financieras».