El desempeño del sector está marcado por procesos de fabricación que consumen mucha energía, el elevado precio de sus materias primas y la debilidad de la demanda de sus sectores compradores debido a la ralentización de la economía. La aseguradora de crédito prevé que las perspectivas sectoriales mejoren en 2024, con un repunte global del 3,2%. La recuperación será gradual y no se acelerará antes de la segunda mitad de 2024.
En China, el sector químico está mostrando una gran resistencia impulsado por la demanda interna. Se prevé que la producción aumente un 6,9% en 2023 y un 5,2% en 2024. El sector chino es altamente competitivo, lo que favorece las perspectivas de exportación. En India, que es ya el quinto productor mundial de productos químicos, se prevén crecimientos del 4,3% y del 2,8% en 2023 y 2024, respectivamente, sostenidos por una economía interna en expansión.
A pesar de la reciente caída de los costes energéticos, las empresas químicas europeas experimentarán una contracción de la producción este año en el entorno del -6,4% en la zona euro y del -5,6% en Reino Unido. La recuperación de 2024 será modesta, con estimaciones que apuntan a un 2,4% en la eurozona y solo un 0,3% en Reino Unido. El lento retorno al crecimiento se verá influido por la debilidad de la demanda mundial y el mantenimiento de los elevados costes de la energía. Alemania es, con diferencia, el mayor productor de productos químicos de Europa, con más del 4% de la producción mundial. En 2022, el sector se contrajo un significativo 12%. Al cierre de 2023 se prevé que se reduzca otro 10%, seguido de un modesto crecimiento del 1% en 2024. A pesar de estás significativas caídas, el sector químico alemán es bastante sólido, con una fuerte capitalización, buen acceso a la financiación externa y un perfil de deuda bien equilibrado.
En Estados Unidos Crédito y Caución prevé que la producción química se contraiga en 2023 (-1,9%) y 2024 (-0,8%). La recuperación de la demanda en la mayoría de los subsectores químicos no se espera hasta la segunda mitad de 2024. Gran parte de la ralentización se explica por la elevada inflación y las políticas monetarias que han endurecido el crédito. El impacto de esta situación ha sido particularmente evidente en algunos sectores compradores, como construcción, bienes duraderos y electrónica. Sin embargo, el sector no permanecerá estancado a largo plazo. La posición altamente competitiva de la industria química estadounidense, especialmente en productos químicos básicos y fertilizantes, apoyará el repunte cuando cambien las condiciones del mercado.
De cara al futuro, la demanda mundial de sostenibilidad representa una oportunidad significativa para que la industria química desarrolle y comercialice productos y procesos respetuosos con el medio ambiente vinculados a las soluciones de energías renovables y el consumo circular de residuos y recursos. La transformación digital también puede ayudar a las empresas químicas a racionalizar sus operaciones y mejorar su eficiencia, optimizando los procesos de producción, la gestión de la cadena de suministro y el desarrollo de productos.
Sectores como la electrónica, la automoción y el aeroespacial están impulsando una mayor demanda de materiales de alto rendimiento. Esto está creando oportunidades para que la industria química desarrolle materiales que satisfagan necesidades específicas, así como la posibilidad de colaborar con proveedores de tecnología y participar en iniciativas de sostenibilidad. Será necesaria una inversión estratégica en I+D para ayudar a las empresas químicas a aprovechar las oportunidades.
Las exigencias medioambientales más estrictas implicarán que las empresas químicas se enfrenten a un escrutinio normativo cada vez mayor. Cumplir estos requisitos y mantener al mismo tiempo los niveles actuales de rentabilidad e innovación será un desafío. La creciente demanda de productos ecológicos o éticos por parte de los consumidores provocará que las empresas químicas estén cada vez más obligadas a explicar su impacto en términos de sostenibilidad, enumerar las sustancias químicas de los productos y evaluar comparativamente las acciones de descarbonización.
El sector puede ser vulnerable a las interrupciones de la cadena de suministro, los aranceles, las restricciones comerciales y los conflictos geopolíticos. Para hacer frente a estos retos se necesita planificación estratégica, modelos de negocio ágiles, colaboración con los organismos reguladores y un enfoque proactivo para adoptar prácticas sostenibles. Al ser un sector con un uso intensivo de energía, la industria química es, también, muy susceptible a la posible volatilidad de los precios del petróleo y el gas.