Ribera, ha considerado que no es momento de activar este instrumento con inmediatez, si bien sí habrá que considerarlo en un futuro porque a su juicio «estaba bien diseñado». El fondo iba a financiarse con las aportaciones de las comercializadoras de electricidad y gas y con las de los operadores de productos petrolíferos (combustibles fósiles) para poder sacar de la factura de los hogares determinados cargos.
Ribera ha recordado que cuando el mecanismo iba a aprobarse se produjo la invasión rusa de Ucrania, lo que disparó el precio de los combustibles y el gas en los mercados internacionales. Así, el Ejecutivo optó por aprobar otro tipo de medidas para proteger a los consumidores ante un alza de precios que habría sido «inasumible» para las familias y para la industria.
El gravamen a las energéticas y los incentivos fiscales
La vicepresidenta tercera se ha pronunciado también sobre el gravamen a las energéticas, considerando que, si bien es el momento para extenderlo, su diseño deberá ajustarse a los nuevos incentivos a la inversión estratégica que incorporarán los Presupuestos de 2024, en cuya elaboración está centrado estas semanas el ministerio de Hacienda. Estos incentivos alentarán la inversión en hidrógeno verde, entre otras energías alternativas.
«Estamos un momento en el que tenemos que acelerar la transformación del sistema energético y el Gobierno debe estar velando siempre porque no se produzcan esas distorsiones. Pero simultáneamente tiene que facilitar que haya un volumen de inversión, y esa es la manera en la que podemos orientar esa figura para conseguir que sea un incentivo a la inversión y que, por tanto, pueda dar estabilidad», ha apuntado Ribera en respuesta a las preguntas de los medios.
En otor orden de cosas, Ribera, ha abierto la puerta a recuperar la tramitación del Fondo de sostenibilidad del sistema eléctrico, aunque considera que «todavía no ha llegado el momento adecuado pero en algún momento habrá que hacerlo» en su intervención en el Foro Nueva Economía. El Ejecutivo inició en 2021 la tramitación de urgencia con el fin de tratar de abaratar la factura de la luz en cerca de un 13,2%, pero finalmente se quedó sin tramitarse. La propuesta consiste en sacar de la tarifa las primas a las renovables, lo que suponía entonces unos 7.000 millones de euros al año para financiarse a través de un fondo sufragado por las compañías energéticas en función de lo que estas contaminen.
Esta medida recibió un fuerte rechazo en su momento por parte de la industria intensiva en consumo de gas y electricidad, que alertó de que el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE) puede suponer un golpe muy fuerte a una industria «ya muy castigada, que lucha por matener a flote su actividad y su empleo en el peor contexto posible».
Ahora, la cantidad que reciben las renovables se ha reducido a cerca de 5.000 millones, lo que permitiría rebajar el impacto de dicho fondo pero con las ayudas para el sector industrial todavía empantanadas el Gobierno parece que prefiere ser cauto.
En el terreno político, Ribera ha rechazado pronunciarse sobre la opción de encabezar la candidatura socialista para las elecciones europeas con vistas a ocupar un puesto como comisaria para la próxima legislatura europea ante la posible retirada de Josep Borrell, como Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. La vicepresidenta se mostró su muy orgullosa de su labor en España al asegurar que es un «inmenso honor trabajar con mis compañeros y con mi presidente». Ribera sentenció «me siento muy bien tratada». La Presidencia española además recalcó ha logrado un total de 70 acuerdos de los 24 estaban relacionados de algun modo con la agenda verde.
Asimismo, Ribera se pronunció sobre el debate nuclear en España. La vicepresidenta aseguró «que no se puede estar volviendo cada vez a la casilla de salida» y aseguró que los recursos que se iban a destinar a actualizar las nucleares irán a parar a investigación en nuevas tecnologías como el almacenamiento
La titular de Transición Ecológica ha reiterado, con todo, su disposición «máxima» a colaborar con las autoridades gallegas, una colaboración que deberá funcionar en las dos direcciones, según ha apostillado. Teresa Ribera ha criticado que la Xunta reclame ahora un auxilio inmediato mientras, por el contrario, rechaza otro tipo de ayuda como la de los medios terrestres, exigiendo a la vez que «estén disponibles por si acaso».