Y es que el evento de marras nació mal y termino como pudo, Eso si, con mucha educación, o al menos eso es lo que reflejan los breves comentarios al respecto.
El jefe del Ejecutivo trataba. En un intento desesperado de lavar su imagen, de limar asperezas con la cúpula empresarial española tras los últimos desacuerdos.
Así que según lo informado oficialmente, la reunión, ha durado menos de media hora, y se ha desarrollado en un ambiente de “cordialidad”, En el encuentro han estado presentes los máximos directivos del Santander, BBVA, Telefónica, Acciona, Repsol, Cepsa, Ferrovial, Nordex, Naturgy, Francisco y Siemens Energy, matriz de Siemens Gamesa.
Y poco mas, porque los escasos comentarios de los asistentes
no se han tocado temas «espinosos», tales como los impuestos a la banca y a las energéticas, cuando, curiosamente, ambos sectores estaban bastante bien representados.
La realidad es que resulta complejo pensar en una buena relación entre el presidente y los empresarios, entre otras cosas porque la manera de pensar de uno y otros es difícil de compaginar y mas en estos momentos que Sánchez ha asumido muchos de los postulados de Podemos tratando de terminar de deshacer los restos de aquella aventura de hace diez años que tanto daño electoral le ha hecho y que ha estado a punto de costarle el sillón, además de llevarle a un tipo de gobierno casi suicida y en permanente tensión con los socios.