Probablemente el principal tema de la reunión de esta semana será ver si se reanudan estas directrices o si, por el contrario, persiste la ambigüedad.
En las últimas semanas, varios miembros del Consejo de Gobierno han sugerido que los recortes de los tipos de interés podrían comenzar en verano, e incluso la presidenta del banco central, Christine Lagarde, mencionó en una entrevista la semana pasada en Davos que ve «probable» un recorte en la época estival. Lagarde también reiteró el mensaje del economista jefe Philip Lane, quien advirtió contra «una recalibración demasiado rápida», y mencionó que los datos salariales clave estarán disponibles antes de la reunión de junio. Tal franqueza es bastante inusual, y será interesante ver si el Consejo de Gobierno continúa en esta línea, o vuelve a la ambigüedad a la que los mercados se han acostumbrado en reuniones anteriores.
En el frente macroeconómico, las cosas no han cambiado mucho desde la reunión de diciembre. Los datos siguen sugiriendo que apenas se detecta el pulso de la economía de la eurozona. Los principales índices PMI se sitúan justo por encima de sus mínimos y siguen apuntando a una contracción de la actividad tanto en el sector manufacturero como en el de servicios. Las ventas al por menor han sido algo más sólidas de lo esperado, aunque los datos indican que los consumidores siguen dudando a la hora de gastar. La producción industrial ha sido decepcionante y ha registrado descensos interanuales desde marzo. Los mercados esperan la confirmación de los datos del PIB del cuarto trimestre, pero es poco probable que la economía de la eurozona evitase una recesión técnica a finales del año pasado.
Al mismo tiempo, las presiones sobre los precios se han moderado. La inflación general subió al 2,9% en diciembre (desde el 2,4% de noviembre), aunque era algo que se preveía, debido a los efectos de base de los precios de la energía. El índice subyacente siguió bajando hasta el 3,4%, su nivel más bajo desde marzo de 2022. Por otro lado, las expectativas de inflación de los consumidores para los próximos 12 meses han caído bruscamente (al 3,2% en comparacion con el 4% anterior), mientras que el tipo swap de inflación 2años2años (la tasa media de inflación esperada en los dos años que comienzan dentro de dos años) también ha bajado de un máximo del 2,75% a menos del 2,1%, lo que sugiere una creciente confianza en que se controlarán las presiones sobre los precios.
Los responsables de la política monetaria no pueden ignorar la realidad económica de la eurozona que, en nuestra opinión, respalda cada vez más la necesidad de flexibilizar la política monetaria (más que en la mayoría de las grandes economías que analizamos, sobre todo EE.UU.). Al mismo tiempo, el BCE debe actuar con cautela para no alentar a los mercados a aumentar sus apuestas de recortes de tipos, lo que se traduciría en unas condiciones de financiación más fáciles. La reciente relajación de estas apuestas tranquilizará en cierta medida al Consejo de Gobierno, ya que los mercados prevén ahora un total de 130 puntos básicos de recortes hasta finales de 2024, frente a los 160 puntos básicos que esperaban a principios de año. En nuestra opinión, estas nuevas expectativas se ajustan mejor a la realidad.
Esperamos que los comunicados de la reunión de enero tengan como objetivo evitar que se aviven las esperanzas de los inversores sobre un recorte de tipos. También pensamos que, sobre todo, Lagarde seguirá insistiendo en la dependencia de los datos. En diciembre, el BCE se negó a dar un giro moderado, y Lagarde subrayó que el banco no debía bajar la guardia. En nuestra opinión, es probable que el BCE reitere en gran medida el mensaje de la última reunión, aunque quizá rebaje un poco el tono de sus comunicados.
Prestaremos especial atención a los mensajes sobre la posibilidad de un recorte en verano, así como a cualquier indicio de oposición a las expectativas del mercado. Esto podría sugerir a los mercados que el BCE no considera un inicio de la flexibilización hasta al menos la reunión de junio. Actualmente, los inversores asignan una probabilidad implícita del 65% a un primer recorte de tipos en abril. Seguimos considerando que un recorte en abril es una posibilidad realista, aunque el tono agresivo adoptado por los miembros del BCE recientemente sugiere que se trata de un escenario cada vez menos probable.
En cuanto a la reacción del euro, podríamos ver cierta volatilidad durante la rueda de prensa. Dado que los mercados siguen apostando en gran medida por que el ciclo de recortes comience en abril, los riesgos para el EUR/USD parecen sesgados al alza. Si el BCE hace creer a los mercados que es más probable que el ciclo de relajación comience en junio, el euro subirá. Sin embargo, este no es nuestro escenario base, y creemos que cualquier mensaje no será demasiado contundente por el temor del banco a verse acorralado.
La decisión de política monetaria del BCE se anunciará este jueves a las 14:15 (CET), y la rueda de prensa tendrá lugar 30 minutos más tarde.