Al margen de un efecto de base alcista sobre la inflación general relacionado con la energía, la tendencia a la baja de la inflación subyacente ha continuado y nuestras subidas anteriores de los tipos de interés siguen transmitiéndose con fuerza a las condiciones de financiación. Las restrictivas condiciones de financiación están frenando la demanda, lo que está ayudando a reducir la inflación.
Tenemos la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en nuestro objetivo del 2 % a medio plazo. Sobre la base de nuestra evaluación actual, consideramos que los tipos de interés oficiales del BCE están en niveles que, mantenidos durante un período suficientemente largo, contribuirán de forma sustancial a este objetivo. Nuestras decisiones futuras asegurarán que nuestros tipos de interés oficiales se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario.
Seguiremos aplicando un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel de restricción y su duración apropiados. En particular, nuestras decisiones sobre los tipos de interés se basarán en nuestra valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria.
Ahora expondré más detalladamente cómo creemos que evolucionarán la economía y la inflación, y después explicaré nuestra valoración de las condiciones financieras y monetarias.
Actividad económica
La economía de la zona del euro se habría estancado en el último trimestre de 2023. Si bien los últimos datos siguen apuntando a un crecimiento débil a corto plazo, algunos indicadores adelantados basados en las encuestas sugieren un repunte más adelante.
El mercado de trabajo ha mantenido su fortaleza. La tasa de desempleo, que se situó en el 6,4 % en noviembre, ha caído hasta su nivel más bajo desde la introducción del euro y más trabajadores se han incorporado a la población activa. No obstante, la demanda de trabajo está descendiendo y se anuncian menos ofertas de empleo.
Los Gobiernos deben seguir retirando las medidas de apoyo relacionadas con la energía a fin de evitar un aumento de las presiones inflacionistas a medio plazo. Las políticas fiscales y estructurales deben orientarse a lograr una mayor productividad y competitividad de nuestra economía y una reducción gradual de los elevados niveles de la ratio de deuda pública. Las reformas estructurales y las inversiones para mejorar la capacidad de suministro de la zona del euro, que estarían respaldadas por la plena implementación del programa Next Generation EU, pueden contribuir a reducir las presiones sobre los precios a medio plazo, y apoyar al mismo tiempo las transiciones verde y digital. Tras el reciente acuerdo del Consejo ECOFIN sobre la reforma del marco de gobernanza económica de la UE, el proceso legislativo debe concluirse rápidamente de forma que las nuevas normas puedan aplicarse sin retrasos. Por otra parte, es indispensable que se aceleren los progresos hacia una unión de los mercados de capitales y la finalización de la unión bancaria.
Inflación
La inflación aumentó hasta el 2,9 % en diciembre debido a la desaparición de los efectos de algunas de las anteriores medidas fiscales para amortiguar el impacto de los altos precios de la energía de la tasa de variación interanual, si bien el repunte fue menor de lo esperado. Al margen de este efecto de base, la tendencia general de descenso de la inflación se mantuvo. La inflación de los precios de los alimentos cayó hasta el 6,1 % en diciembre. La inflación, excluidos la energía y los alimentos, también volvió a disminuir hasta situarse en el 3,4 %, debido a que la inflación de los bienes bajó hasta el 2,5 %. La inflación de los servicios se mantuvo estable en el 4,0 %.
Se espera que la inflación siga descendiendo durante este año a medida que desaparezcan los efectos de las anteriores perturbaciones energéticas, de los cuellos botella en la oferta y de la reapertura de la economía tras la pandemia, y el endurecimiento de la política monetaria siga dejándose sentir en la demanda.
Casi todos los indicadores de la inflación subyacente siguieron retrocediendo en diciembre. El vigoroso ritmo de las subidas de los salarios y la bajada de la productividad laboral están manteniendo las elevadas presiones internas sobre los precios, si bien estas también han comenzado a relajarse. Al mismo tiempo, la disminución de los beneficios unitarios ha comenzado a moderar el efecto inflacionista de la subida de los costes laborales unitarios. Los indicadores de las expectativas de inflación a corto plazo han descendido de forma acusada, mientras que los que miden las expectativas de inflación a largo plazo se sitúan en su mayoría en torno al 2 %.
Evaluación de riesgos
Los riesgos para el crecimiento económico siguen apuntando a la baja. El crecimiento ser menor si los efectos de la política monetaria son más intensos de lo esperado. Un debilitamiento de la economía mundial o una desaceleración adicional del comercio internacional también afectarían al crecimiento de la zona del euro. La guerra injustificada de Rusia contra Ucrania y el trágico conflicto en Oriente Medio son fuentes importantes de riesgo geopolítico, que podría deteriorar la confianza de las empresas y de los hogares sobre el futuro y alterar el comercio internacional. El crecimiento podría ser mayor si la mejora de las rentas reales hace que el gasto aumente más de lo previsto, o si la economía mundial crece más vigorosamente de lo esperado.
Los riesgos al alza para la inflación incluyen una escalada de las tensiones geopolíticas, especialmente en Oriente Medio, que podría impulsar una subida de los precios de la energía y los costes de los fletes a corto plazo y dificultar el comercio internacional. La inflación también podría ser más alta de lo previsto si los salarios aumentan más de lo esperado o si los márgenes de beneficios muestran mayor resistencia. En cambio, la inflación podría sorprender a la baja si la política monetaria frena la demanda más de lo previsto, o si el entorno económico en el resto del mundo empeora inesperadamente. A corto plazo, la inflación podría descender más rápidamente si los precios de la energía evolucionan en consonancia con el reciente desplazamiento a la baja de las expectativas de los mercados sobre la senda futura de los precios del petróleo y del gas.
Condiciones financieras y monetarias
Los tipos de interés de mercado han mostrado un comportamiento, en general, estable desde nuestra última reunión. Nuestra política monetaria restrictiva sigue transmitiéndose con fuerza a las condiciones de financiación generales. Los tipos de interés de los préstamos a las empresas disminuyeron ligeramente, hasta situarse en el 5,2 % en noviembre, mientras que los tipos hipotecarios continuaron aumentando hasta el 4,0 %.
Los elevados tipos de interés, y las consiguientes reducciones en los planes de inversión y en las compras de vivienda, dieron lugar a una nueva contracción de la demanda de crédito en el cuarto trimestre, como indica nuestra última encuesta sobre préstamos bancarios. Aunque los criterios de aprobación de los préstamos a las empresas y a los hogares se moderaron, han seguido siendo restrictivos, dada la preocupación de las entidades de crédito por los riesgos a que se enfrentan sus clientes.
En este contexto, la dinámica del crédito, aunque ha mejorado ligeramente, sigue siendo, en general, débil. Tras contraerse en octubre, los préstamos a las empresas se estancaron en noviembre en comparación con el año anterior, con un repunte del flujo mensual de préstamos a corto plazo. Los préstamos a los hogares crecieron a una tasa interanual contenida del 0,5 %.
Conclusión
El Consejo de Gobierno ha decidido hoy mantener sin variación los tres tipos de interés oficiales del BCE. Tenemos la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en nuestro objetivo del 2 % a medio plazo. Sobre la base de nuestra evaluación actual, consideramos que los tipos de interés oficiales del BCE están en niveles que, mantenidos durante un período suficientemente largo, contribuirán de forma sustancial a este objetivo. Nuestras decisiones futuras asegurarán que nuestros tipos de interés oficiales se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario. Seguiremos aplicando un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel de restricción y su duración apropiados.
En cualquier caso, estamos preparados para ajustar todos nuestros instrumentos en el marco de nuestro mandato para asegurar que la inflación vuelva a situarse en nuestro objetivo a medio plazo y preservar el buen funcionamiento de la transmisión de la política monetaria.