El BCE dejó abiertas sus opciones la semana pasada, y durante esta se pondrá a prueba nuestra perspectiva de que los bancos centrales de EE.UU. y Reino Unido necesitan más tiempo antes de embarcarse en un viaje de recortes de tipos. A pesar de la reunión del BCE y de la publicación de varios datos de actividad económica, la volatilidad en el mercado de divisas fue relativamente moderada la semana pasada, y las divisas del G10 registraron una variación máxima del 0,6% frente al dólar estadounidense.
Esta semana será aún más intensa en cuanto a publicaciones económicas y anuncios de política monetaria, por lo que no nos sorprendería ver un cierto repunte de la volatilidad. El martes, la atención se centrará en los datos del PIB de la eurozona correspondientes al cuarto trimestre, que podrían confirmar que la economía del bloque común se encuentra en recesión técnica. El miércoles por la mañana, el sentimiento del mercado podría verse afectado por la publicación de los índices PMIs correspondientes a enero en China, y, por la noche, todas las miradas estarán puestas en la Fed; la atención pasará rápidamente al Banco de Inglaterra, que se reúne el jueves. El viernes por la mañana, volveremos a la eurozona, donde se publica el informe preliminar sobre la inflación de enero. El informe de nóminas no agrícolas de EE.UU. cerrará esta semana inusualmente ajetreada. EUR Los datos de los índices PMIs relativos a enero estuvieron marcados por las dicotomías: al aumento sorprendentemente fuerte del índice PMI manufacturero le acompañó una caída leve, aunque inesperada, del índice de servicios. Además, los malos resultados de las principales economías de la eurozona (Alemania y Francia) contrastaron con las noticias positivas de las más pequeñas.
En cuanto a la política monetaria, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, no se opuso explícitamente a las expectativas del mercado sobre los recortes de tipos en la reunión de la semana pasada, lo que animó a los mercados a aumentar sus apuestas a favor de un recorte de tipos en abril. Como era de esperar, el euro cayó. Los inversores ven ahora aproximadamente un 85% de posibilidades de que se produzca un primer recorte en abril, frente al 65% previo a la reunión. Nos parece una posibilidad realista, pero prestaremos especial atención a las señales en los frentes de la inflación y el mercado laboral en los próximos meses. Esta semana, la atención se centrará en los datos del PIB del cuarto trimestre y en la publicación de la inflación de enero. En cuanto al primero, el consenso apunta a una contracción mínima, que confirmaría una recesión técnica.
Los datos del IPCA serán más positivos, y se espera que continúen los avances en materia de inflación: tanto el índice general como el subyacente deberían descender.
USD
El índice del dólar estadounidense terminó la semana ligeramente al alza, favorecido por los buenos datos económicos de EE.UU. y la debilidad del euro. Los últimos datos sorprendieron positivamente en casi todos los frentes. Cabe destacar la sorpresa al alza del crecimiento del PIB del tercer trimestre, que mostró una expansión de la economía del 3,3% anualizado, mucho mayor que el 2,0% previsto por el consenso. Los buenos resultados, incluido el fuerte gasto de los hogares, contribuyeron a disipar algunas dudas sobre la salud de la economía estadounidense. El notable aumento de los índices PMIs de servicios y manufacturas (este último superó inesperadamente el nivel de 50, que separa la contracción de la expansión) también sugiere que la ralentización de la economía estadounidense podría ser más leve de lo que se pensaba. Sin embargo, estas buenas noticias dificultan el trabajo de la Reserva Federal. Se espera que el banco central mantenga los tipos sin cambios esta semana, y la atención del mercado se centrará principalmente en las señales relativas a las perspectivas de recortes y, en particular, en lo realista que es un movimiento en marzo. Dada la solidez de la economía estadounidense y la resistencia del mercado laboral, que sólo ha mostrado una moderada relajación, creemos que la Fed debería oponerse a las apuestas del mercado por una inminente relajación de la política monetaria. La leve sorpresa a la baja de la inflación subyacente del PCE de la semana pasada (2,9% frente al 3% previsto) no cambia las cosas. Dado que los mercados asignan una posibilidad del 50% a un primer recorte en marzo, esperamos que el dólar siga subiendo si los responsables de la política monetaria echan agua fría sobre las perspectivas de tal medida. Aparte de en la reunión de la Fed, esta semana la atención se centrará en el informe de nóminas correspondiente a enero, que se espera que muestre una ligera reducción en el número de puestos de trabajo creados.
GBP
La libra terminó la semana sin cambios frente al billete verde y subió hasta su posición más fuerte desde agosto frente a un euro más débil. Los datos de los índices PMIs publicados la semana pasada auguran un buen comienzo de 2024: todos los índices clave aumentaron y el índice PMI compuesto subió hasta los 52,5 puntos, su nivel más alto en ocho meses. Esto alivia algunas inquietudes sobre las perspectivas de la economía británica, que recientemente se vieron reforzadas por unos datos de ventas minoristas de diciembre especialmente sombríos. También apoya nuestra opinión de que algunos analistas deberían replantearse sus previsiones. Entre ellos, el Banco de Inglaterra, que pronosticó un crecimiento «prácticamente plano» para este año. También cabe señalar que, al igual que los índices PMIs, el índice GfK de confianza de los consumidores aumentó más de lo previsto, y ahora se sitúa en -19. Los británicos siguen siendo pesimistas en cuanto a sus perspectivas, pero el pesimismo es el menor en dos años. Sospechamos que los avances en materia de inflación, que contribuyen a mantener el crecimiento de los salarios reales en terreno positivo y allanan el camino hacia los recortes de tipos, están levantando los ánimos. El recorte de los costes de la seguridad social en enero también debe haber sido bien acogido por los hogares.
Esta semana, la atención se centrará en el Banco de Inglaterra. Creemos que es probable otra votación de 6 a 3 y prestaremos especial atención a la forma en la que el banco gestiona los comunicados sobre la posibilidad de nuevas subidas y las perspectivas de reducción de tipos. En general, pensamos que el BoE tiene razones válidas para ir a la zaga de sus principales homólogos en el ciclo de recortes de tipos este año y vemos la reunión de junio como la fecha más temprana para el inicio del ciclo de recortes de tipos