El proyecto incluye el diseño, construcción, financiación, operación y mantenimiento de esta infraestructura de 9 km durante un periodo de 50 años, que requerirá de una inversión de 2.100 millones de dólares (1.900 millones de euros).
La ampliación de la I-10 comprende la construcción de una vía de seis carriles y la implantación de un sistema de peaje de free flow, además de varias estructuras, rampas e incorporaciones al puente. El nuevo puente sobre el río Calcasieu sustituirá al actual, que fue construido en los años 50 y que es, según la Federal Highway Administration (FHWA), uno de los que se encuentran en peor estado del país. La nueva infraestructura aumentará la capacidad y mejorará la comodidad y la seguridad del tráfico.
Está previsto que la construcción del puente se inicie en 2024 y esté en operación en 2031. Dará servicio a más de 90.000 vehículos diariamente en 2040.
Bajo este acuerdo, el Estado de Luisiana recibirá el 15% de los futuros dividendos una vez esté abierta la concesión.