Los impuestos contribuyeron con un 4%, mientras que las prestaciones en especie aportaron el 24% restante. El 60% de los hogares con menor renta bruta fueron beneficiarios netos de la intervención pública en 2021, recibiendo un subsidio efectivo neto.
Después de un año «excepcional» en 2020, donde la desigualdad aumentó notablemente, junto con un incremento significativo del efecto redistributivo de impuestos y prestaciones, 2021 marca un retorno, en gran medida, a las cifras previas a la pandemia de la Covid-19. La renta de mercado ampliada media de los hogares aumentó un 14,6%, especialmente impulsada por las rentas del capital, que crecieron un notable 73,2%.
Aunque las rentas del capital no superaron los niveles pre-pandemia, las rentas del trabajo y las de actividades económicas aumentaron un 4,6% y 18,3%, respectivamente, desde 2019. El informe destaca que el sistema fiscal, principalmente el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), desempeñó un papel crucial en la redistribución fiscal, a pesar de una destacada caída en su contribución correctora en 2021.
Se observa una reducción del 3,1% en las prestaciones monetarias en 2021, especialmente atribuida a la disminución de prestaciones y subsidios por desempleo. Sin embargo, las prestaciones por asistencia social experimentaron un aumento del 40%, especialmente para el 40% de los hogares con menos ingresos, coincidiendo con la implementación gradual del Ingreso Mínimo Vital. A pesar del aumento del 8,6% en la recaudación de impuestos en 2021, la desigualdad de la renta disponible aumentó debido al incremento del 10,2% en la renta bruta, llevando a una disminución del tipo medio efectivo del sistema fiscal y su efecto redistributivo, el segundo más bajo en los últimos cinco años.
En resumen, el informe destaca la importancia de las medidas fiscales y de prestaciones en la reducción de la desigualdad en España, al tiempo que señala los desafíos y cambios en el sistema durante el año 2021.