De hecho, los datos de la última encuesta señalaron la séptima reducción mensual consecutiva de los nuevos pedidos. La caída de la actividad en enero se produjo a pesar de que los trabajos pendientes se completaron con más celeridad, hecho subrayado por la disminución más fuerte de los trabajos pendientes en casi tres años.
La atenuación de las presiones en la capacidad se vio respaldada por una mayor actividad de contratación, ya que el crecimiento del empleo se aceleró hasta alcanzar su máxima de cuatro meses. Esta mayor contratación de personal tuvo lugar al mismo tiempo que mejoró la confianza empresarial para los próximos doce meses. Las expectativas de crecimiento se situaron en su nivel más alto desde mayo del año pasado. A juzgar por los últimos datos de la encuesta, las presiones de los precios en el sector servicios siguieron siendo pronunciadas según los estándares históricos. De hecho, las tasas de inflación tanto de los precios pagados como de los precios cobrados se aceleraron en enero, alcanzando sus niveles más rápidos en cuatro y siete meses respectivamente.
«Gracias a la resiliencia mostrada por Italia y España, el índice PMI del sector servicios experimentó solo una caída marginal, manteniéndose cerca del territorio de expansión de 50», destacan desde Hamburg Commercial Bank, que añaden que «existe una división norte-sur en el sector servicios de la zona euro, pero tal vez no de la manera que cabría esperar. Contrariamente al punto de vista en general de que los países del sur de Europa son el eslabón débil de la unión monetaria, estas economías actualmente están teniendo unos resultados relativamente buenos».
Comentan también que «la escasez de mano de obra es una realidad generalizada en la zona euro, subrayada por los notables aumentos salariales en los cuatro principales países de la zona euro. La inflación de los precios de los insumos en estas economías realza el impacto de este fenómeno. Sorprendentemente, las empresas demostraron una marcada falta de voluntad para reducir su fuerza laboral, una tendencia que se observa incluso en Alemania y Francia, donde el sector servicios sigue en mal estado».
«Las expectativas empresariales han mejorado un poco, lo que sugiere que se avecinan tiempos mejores. Sin embargo, dada la caída de los nuevos pedidos por séptimo mes consecutivo, una recuperación inminente es poco probable». Con este escenario, creen que «la indecisión del Banco Central Europeo (BCE) a la hora de recortar los tipos de interés cobra más claridad cuando se considera el aumento de los índices de precios del PMI. Puesto que los precios de compra y los precios de venta de los productos del sector de servicios están subiendo, el BCE se muestra reacio a flexibilizar la política monetaria. No obstante, se encuentra en una situación complicada, que se ve acentuada por los últimos datos oficiales del PIB correspondientes al cuarto trimestre de 2023, los cuales indican que la economía evitó por poco una recesión técnica», dicen.
Por su parte, el índice PMI compuesto de actividad total de la zona euro, ajustado estacionalmente, subió en enero a 47,9, su máxima de seis meses, desde 47,6 en el mes anterior. Aunque el índice todavía se sitúa por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50 y, por lo tanto, señala una menor actividad empresarial en la zona euro, registró el ritmo de declive más lento desde julio de 2023.
Una contracción más lenta de la producción industrial provocó una caída más débil de los niveles generales de actividad total en enero, compensando un deterioro ligeramente más rápido de la actividad del sector servicios. Sin embargo, los datos a nivel de país revelaron una marcada divergencia en el comportamiento económico regional.
Las economías del sur de la zona euro experimentaron una mejora en los niveles de actividad económica a principios de 2024. Aunque fueron leves, las mejoras en España e Italia fueron las más fuertes en seis y ocho meses respectivamente. Por el contrario, las contracciones en Alemania y Francia empeoraron y el índice compuesto de actividad total cayó en ambos países, aunque se mantuvo por encima de sus mínimas registradas en 2023.
Los nuevos pedidos recibidos cayeron en enero, extendiendo la secuencia actual de contracción de la demanda que comenzó en junio de 2023. Se observaron caídas más débiles de los nuevos pedidos en las empresas manufactureras y de servicios, lo que llevó al ritmo más lento de declive de las ventas en general en siete meses. Aunque los nuevos pedidos de clientes del extranjero cayeron por vigésimo tercer mes consecutivo, la disminución de enero fue la menos pronunciada desde abril de 2023.
La ralentización de los ritmos de contracción de los nuevos pedidos y la actividad ayudó a estabilizar el empleo en la zona euro en el último período de la encuesta. Las cifras de la fuerza laboral se mantuvieron prácticamente sin cambios en enero tras las caídas observadas en noviembre y diciembre del año pasado, hecho que ayudó a las empresas de la zona euro a seguir poniendo al día las cargas de trabajo, que disminuyeron sólidamente por décimo mes consecutivo.
Las expectativas de crecimiento de las empresas de la zona euro mejoraron una vez más en enero, tal y como ha sido el caso desde que alcanzaron su más reciente punto más bajo en septiembre del año pasado. De hecho, el nivel general de optimismo fue el más alto en nueve meses.
No obstante, en enero se produjeron mayores presiones de los precios de la zona euro. Las tasas de inflación de los precios de compra y los precios de venta se aceleraron hasta alcanzar sus máximas de ocho meses debido a subidas de precios más pronunciadas en el sector servicios. El aumento de los costes generales de los insumos estuvo en general en línea con su tendencia a largo plazo.