El consumo de los hogares ha sido más robusto en España que en los principales países de la zona del euro, y las exportaciones españolas de bienes a Alemania y a la zona del euro han resistido notablemente, a pesar de la debilidad de estas economías. Pero gran parte del crecimiento económico de España en los últimos años se ha debido al aumento de la población, sin que se haya producido una mejora significativa de la productividad..
Además, el crecimiento económico de España en las últimas décadas no ha sido suficiente para alcanzar convergencia con los niveles de renta per cápita de la zona del euro. Esta falta de convergencia se debe fundamentalmente a la persistencia de dos deficiencias estructurales de la economía española: la baja productividad y la elevada tasa de paro.
Las ratios de deuda y déficit de las Administraciones públicas con respecto al PIB seguirán siendo «muy elevadas» en los próximos años. Entre los principales riesgos a los que se enfrenta la economía española, Gavilán destaca los efectos del endurecimiento monetario sobre la actividad y los precios; el menor impulso de la actividad económica mundial, debido a desaceleración más brusca de lo previsto en China; la incertidumbre sobre las políticas económicas; la intensificación de los conflictos armados en la Franja de Gaza y en Ucrania, o el lento ritmo de despliegue de los proyectos relacionados con los fondos europeos y su impacto sobre la actividad.
El director general del Banco de España avisa que la remuneración por asalariado en la economía de mercado ha superado los aumentos salariales negociados en los convenios colectivos en un contexto de escasa productividad, y se traduce en un aumento de los costes laborales soportados por las empresas.