Y lo único que pueden pretender con esta defensa numantina del monstruo de La Moncloa es resguardar malamente a Sánchez del hundimiento gallego -nueve escaños tuvo el PSdeG el domingo-, limitando el resultado del 18-F a Galicia. Y, de paso, trata de apagar la euforia del PP. Así que, tras el Consejo de Ministros y aprovechando la rueda de prensa tradicional la portavoz del Gobierno, con una cara de palo de campeonato y sin que viniese a cuento ha afirmado que los resultados electorales «están ceñidos a la clave autonómica y territorial. No es una segunda vuelta de nada. El presidente del Gobierno es Pedro Sánchez y líder de la oposición es Alberto Núñez Feijóo».
El problema es que al dar ese primer paso ha facilitado la siguiente pregunta sobre si la política de alianzas del Gobierno hubiese podido haber pesado en los electores y la portavoz sin la chuleta correspondiente ha tenido que salir por donde a podido con la excusa de que «he trasladado todo lo que podía decir desde esta mesa. Son los partidos los que están haciendo lectura».
Y lo malo de eso es que las preguntas sin respuestas son las que mas claro dejan los temas que se quieren ocultar y evitar, La muesca gallega en el alerón de don Pedro es mas que notable, y eso a pesar de que no quieran reconocerlo, ni admitirlo, y mucho menos asumirlo y eta circunstancia, tarde o temprano será un nuevo lastre para la siguiente cita electoral, sea la que sea.