Es esta una de la ultimas opciones que con toda seguridad se plantee el propio Sánchez, pero en algunos sectores de su propia Ejecutiva ya se empieza a hablar de agotamiento de la fórmula, si bien la capacidad de Sánchez de recuperarse desde lo mas hondo no deja de ser proverbial y de todo el mundo conocida.
De cualquier forma, el tema de la corrupción de las mascarillas puede ser el detonante de una serie de situaciones mas que problemáticas en las que incluso se vea involucrado el propio Sánchez, puesto que, si es difícil que Ábalos no supiese lo que hacia su mano derecha, igual de complejo resulta de entender el hecho de que Sánchez no supiese lo que hacia su mano derecha, en este caso Ábalos.
Es decir, lo que es válido para pedir al político valenciano que entregue su acta de diputado, puede ser igual de valido para exigir que el presidente e vaya. Las cosas son como son y lo que es negro para uno ha de serlo para todos, máxime cuando se están hartando de decir que el que la hace la paga.
De lo que no hay duda es de que la corrupción existió. De que varios lideres socialista, de una u otra forma, participaron en ella y que por lo tanto, son ellos los que deben aclarar las múltiples conexiones e implicaciones que permitieron en plena pandemia enriquecerse a unos cuanto golfos y si la Gürtel fue la tumba de Rajoy, puede que estemos ante otro caso paralelo en la que el Caso Abalos sea la tumba inesperada de Sánchez,