Armengol compareció en la zona del Escritorio del Congreso de los Diputados después de que el Partido Popular haya pedido su dimisión al relacionarla con la trama investigada en el ‘caso Koldo’ porque el Gobierno de Baleares que ella presidía compró a una empresa de la trama. «El principal partido de esta Cámara ha decidido saltarse todas las fronteras y saltarse todas las líneas rojas posibles», por lo que «tengo que salir aquí a comparecer para explicar algo que siento intensamente» y porque «en política no todo vale y no todos los políticos somos iguales», compartió Armengol en tono de indignación.
La presidenta dijo que es «consciente» de la «enorme responsabilidad» que supone ser la tercera autoridad del Estado y que el Congreso es «la cuna de la democracia por excelencia» y a ella «nos debemos todos a ese máximo responsabilidad».
No obstante, Armengol quiso responder porque «el PP ha roto todas las líneas rojas, las fronteras», ya que «la política es una tarea noble que hace cambiar la vida de la gente a mejor». «No dejaré que mancillen mi nombre, no dejaré que mezclen mi nombre ni el de mi Gobierno con nada que se parezca a la corrupción».
Armengol ofreció datos sobre la compra y la reclamación a la empresa que contrataron para que suministrara mascarillas al tiempo que ahondó en «la realidad que vivimos de que todos competían contra todos para poder comprar material sanitario».
Ante la escasez de material, recordó que había quién hacía mascarillas incluso en sus casas. Ella, «como presidenta del Gobierno, y lo volvería a hacer mil veces», lo que hizo «fue intentar comprar donde se vendía y donde se vendía en aquel momento era en China». Pero «Baleares compró y compró legalmente» según la «decisión de los técnicos» del Servicio de Salud y teniendo también en cuenta, dijo, que son unas islas y que la provisión es diferente al resto peninsular.
Pero «ni yo ni nadie de mi Gobierno está siendo investigado ni sale en nada del sumario» sino que en el mismo «aparece quién aparece», en clara referencia al portavoz parlamentario del Partido Popular, Miguel Tellado, que sí aparece en el sumario. «Es como mínimo sorprendente que quien me pide la dimisión es el único que sale en el sumario», exclamó. Armengol pidió «explicaciones» de por qué se sale en el sumario y «qué pasó» con el expediente de reclamación que presentó su Ejecutivo balear y que luego decayó con la llegada del Partido Popular al Gobierno balear.
En su intervención, la presidenta del Congreso defendió que su Gobierno «en todo caso, podría ser víctima» pero «jamás ni cómplice ni colaborador, jamás». «No sé cómo decirlo más claro» apostilló con seriedad Armengol después de exponer que ni ella está «investigada» ni ella ni «nadie» de su Gobierno salen en el sumario, «Eso es muy importante», subrayó, porque «se han detenido a 20 personas y nadie de Baleares». Esa es «absolutamente la realidad».
Armengol no negó contacto con el exministro José Luis Ábalos ni con Koldo García o alguien de la supuesta trama, solo expuso que en esos días de incertidumbre y necesidad «muchas personas» ofrecían «nombres de empresas de diferentes sitios» que decían tener un contacto o alguien que podía intermediar para la compra en China. Pero, aclaró vehementemente, ni a ella ni a nadie de su Ejecutivo «dio una orden, ni nos presionó ni nos coaccionó ni nos pidió que contrataremos a ninguna empresa». «Nadie es nadie», sentenció.
Armengol preguntó cómo “alguien puede pensar que el Gobierno de Baleares estaba en ninguna trama” cuando fueron ellos, dijo, los que mandaron a “analizar esa carga” y, después, presentado la reclamación. En este capítulo, la hoy presidenta del Congreso recordó que cuando el PP ganó las elecciones autonómicas de mayo, ofreció a la popular Margarida Prohens “un traspaso” de los asuntos de Gobierno pero la hoy presidenta del Govern balear “nunca se quiso reunir”.
Armengol expuso que «una de las cuestiones que más» le ha «motivado siempre» para «estar en política es la lucha contra la corrupción» porque Baleares e una tierra que «desgraciadamente la ha padecido mucho y muy intensamente», porque la corrupción es algo que le «repugna» y detesta «absolutamente». Por ello, sentenció que «si alguien se lucró indebidamente de la compra de material sanitario» en su Administración «o en cualquier otra de España, que le caiga todo el peso de la ley encima, solo faltaría».