Los mercados financieros han suavizado sus expectativas de recortes de tipos desde principios de 2024. En nuestra opinión, esto es algo que tenía que ocurrir, y por primera vez en mucho tiempo, las expectativas del mercado se alinean bastante con las nuestras. La idea de que la «recta final» de la lucha contra la inflación será probablemente difícil, la mejora de los datos de actividad, que parecen indicar que lo peor para la economía de la eurozona ha quedado atrás y se encamina hacia la recuperación, y la retórica más bien agresiva de los miembros del BCE, y su temor por que la inflación resurja con más fuerza si empiezan a bajar los tipos antes de estar seguros al 100% de que los precios se han estabilizado, ha llevado a los mercados a reajustar sus expectativas sobre los recortes de tipos.
Este retraso en las expectativas sobre los recortes de tipos por parte del Banco Central Europeo ha llevado a una subida del Euríbor a un año, principal referencia para fijar el tipo de interés de los préstamos hipotecarios. Así, el Euríbor rompió en febrero su racha bajista y cerró el mes pasado en el 3,671% de media, superando ligeramente el valor de enero. En lo que llevamos de marzo el índice ha seguido su marcha al alza y se sitúa por encima del 3,73% de media este mes, superando, de momento, la media de febrero.
En estos momentos los mercados ya descuentan casi por completo un primer recorte de los tipos de interés en junio, y ven un total de 4 bajadas de 25 puntos básicos este año, lo que dejaría el precio del dinero en el 3,5% a finales de 2024. Por todo ello, cada vez parece más claro que las buenas noticias para los hipotecados tardarán en llegar más de lo previsto y que habrá que esperar hasta junio para que el Euríbor empiece a descender de manera significativa, momento en el que se espera que el BCE comience el tan ansiado ciclo de flexibilización monetaria. Hasta entonces, todo dependerá de los datos entrantes. Si estos datos no cambian el panorama general ni las expectativas del mercado sobre los recortes de tipos, entonces podríamos encontrarnos ante una etapa de estancamiento, en la que el indicador no sufra grandes fluctuaciones. Por el contrario, si en los próximos meses se produce un repunte de la inflación o de los salarios en la eurozona, esto retrasaría el calendario esperado de los recortes de tipos por parte del BCE, y además, podría provocar nuevos repuntes del Euríbor.
No se espera que las expectativas del mercado sobre la futura política monetaria cambien significativamente en lo que resta de mes, por lo que en la segunda mitad de marzo esperamos un movimiento lateral del Euríbor en torno al 3,7% con pequeñas subidas y bajadas. A más largo plazo, de cumplirse las expectativas actuales del mercado, las cuales nos parecen realistas, el Euríbor podría comenzar a caer de manera significativa a partir de junio y esperamos que se sitúe en torno al 3% – 3,5% a finales de 2024.