Los precios de los alimentos se irán normalizando a lo largo de este año. Subirán de forma más contenida en el primer semestre y a partir del mes de julio, una vez que se elimine la rebaja del IVA que el Gobierno prorrogó a finales del año pasado, se tensionarán algo. Con todo, en el conjunto del ejercicio estos bienes básicos subirán a un ritmo menor de lo que lo hicieron el año pasado en promedio (11,8%) y este comportamiento menos inflacionista se mantendrá tanto el próximo ejercicio como el siguiente, aportando algo de alivio al bolsillo de los consumidores.
Es el horizonte que maneja el Banco de España (BdE) en su Informe Trimestral de la Economía, previo a la publicación del dato definitivo de IPC de febrero. Este reflejó la menor subida de la cesta de la compra de los dos últimos años, desde que se produjo la invasión rusa de Ucrania. La coincidencia en el tiempo de la guerra -que disparó el precio de los fertilizantes, piensos, combustibles y afectó a la oferta de determinados productos-, la ola de calor y la sequía, provocó que el precio de estos bienes de primera necesidad subiera a doble dígito durante dieciocho meses consecutivos, entre marzo de 2022 y septiembre del año pasado.
En enero el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas avanzó un 7,4% interanual, una décima más que en diciembre. La entidad explica que subió más de lo esperado por la «resistencia a la baja» que ha mostrado el de aquellos productos que se han visto especialmente afectados por condiciones climatológicas adversas para su producción, como es el caso de las frutas, las hortalizas y el aceite de oliva. Así, el número de componentes de este grupo que vio suavizarse su tasa de inflación se redujo hasta el 54% desde el 90% que lo habían hecho en diciembre.
Esa resistencia a la baja es uno de los motivos que ha llevado a la entidad a calcular que estos bienes presionarán dos décimas al alza la tasa general de inflación promedio este año. Con todo, el panorama que ahora dibuja el Banco de España es diferente al que se vivió hace sólo unos meses, gracias que han disminuido los costes de varios de los insumos productivos más importantes para estos bienes, como la energía y los fertilizantes, lo que también tiene un reflejo positivo en los precios de las materias primas alimentarias.
En su escenario la entidad asume, de acuerdo con lo anunciado por el Gobierno, que el próximo mes de julio el IVA de ciertos productos alimentarios de primera necesidad volverá al 4% desde el 0% actual. En este grupo se incluyen la leche, el pan, los huevos, el queso, las frutas, así como las legumbres, tubérculos y cereales. Mientras, productos que ahora están gravados al 5% recuperarán el IVA del 10%. Estos son los aceites de oliva y de semillas y las pastas alimenticias.
En Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorros, calculan que con la recuperación en julio de los tipos habituales de IVA en la alimentación, la tasa anual de IPC se incrementaría en cuatro décimas. Esto, siempre que la distribución trasladase por completo ese incremento y que comerciantes y supermercados no asumiesen una parte del alza del impuesto en sus márgenes, en función de cómo se comporten la demanda u otras condiciones del mercado.
En BBVA Research consideran que sí que habrá una traslación completa a los precios finales porque los márgenes de los productores en los alimentos frescos son mínimos. Sólo en el caso de los elaborados, donde existe más competencia, esa traslación podría ser menor. Todo dependerá, también, de si los consumidores modifican o no sus hábitos, lo que parece poco probable tratándose de bienes cuya demanda es menos elástica -menos sensible a la variación de los precios por ser productos de primera necesidad-. Actualmente, el peso de los alimentos frescos ronda el 7% sobre el total de la cesta de consumo y el de los alimentos elaborados se sitúa alrededor del 16%.
En comparación con las proyecciones de diciembre, las perspectivas actuales del BdE incorporan una notable revisión a la baja en la tasa de inflación general de 2024 hasta el 2,7% (desde el 3,4% en que se situó en el anterior ejercicio) gracias a la menor presión de los precios energéticos y a la extensión parcial de algunas de las medidas anticrisis desplegadas para hacer frente a la crisis. De momento, la inflación interanual se moderó en febrero hasta el 2,8%, según el dato confirmado por Estadística, ligeramente por debajo de la subida salarial media pactada en los convenios hasta ese mismo mes, que ha sido del 2,85%.