En una entrevista publicada por Le Journal du Dimanche, su consejero delegado, Bompard, explica que esa cesta incluirá un centenar de productos alimentarios considerados «sanos», con una calificación A o B en el Nutriscore, y otros 100 de uso diario, como para la higiene, todos con marcas propias.
Entre el primer grupo habrá yogures, huevos, frutas y verduras frescas, pero también enlatadas, congelados, pan, leche o cereales. En el segundo detergente, pañales para bebés, harina o galletas.
Se han seleccionado sobre la base de mesas redondas con clientes de la cadena en respuesta a su demanda.El pasado mes de diciembre, el Gobierno había planteado la posibilidad de negociar una cesta común para todos los grupos de distribución ante la escalada de precios, pero la mayoría se opusieron, y la alternativa que parece emerger es la de que cada uno presente la suya propia.
La inflación interanual de los productos alimentarios alcanzó en Francia el 14,5 % en febrero y esa dinámica podría ir a más en los próximos meses a la vista de la evolución de las negociaciones anuales de tarifas entre la industria (que reclamaba aumentos de alrededor del 20 %) y los grupos de distribución.
Bombpard prevé que «el nivel de inflación de los alimentos va a seguir siendo de dos dígitos hasta este verano y probablemente subirá por encima del que hay actualmente».El consejero delegado estima que el costo para su empresa del bloqueo de precios para los productos de la cesta será de «varias decenas de millones de euros».
Pero la considera pertinente con el argumento de que «hacemos todo lo posible para que la inflación no sea sinónimo de regresión en la calidad de la alimentación».