Esta subida, ha sido impulsada sobre todo por las personas físicas no empresarias, y no tanto por las compañías, que están “soportando mejor la crisis”. “El dato más ‘positivo’ que podemos extraer es la bajada de los concursos de personas jurídicas con el contrapunto del incremento sustancial de los concursos de persona física no empresaria, pues a nivel de personas jurídicas ha habido un descenso de concursos en 2023 respecto de 2022, en toda España, del 22,90%, pasando de 7.063 a 5.447”, detalla Fernández, socio de Círculo Legal Barcelona.
En el caso de los concursos de personas físicas no empresarias, en contraparte, se ha producido un importante incremento del 114,20%, impulsado principalmente por Cataluña (+114,20%) y Madrid (71,20%). Uno de los factores principales tras esta subida podría ser el hecho de que muchos de los administradores que llevaron a sus empresas a concurso en ejercicios anteriores eran avalistas de operaciones bancarias de la empresa, “de forma y manera que al objeto de poderse liberar de las deudas ‘heredadas de la empresa’ y de las generades con motivo de la propia crisis, no les han dejado otro remedio que acudir al concurso de acreedores y solicitar la exoneración de las deudas”, detalla el experto.
“Si tenemos en cuenta que lo habitual en el tráfico empresarial es que las entidades financieras exijan que los administradores de las compañías avalen los productos contratados por la empresa, no es de extrañar el incremento de los concursos de persona física no empresaria”, continúa el socio de Círculo Legal Barcelona, quien añade, “a mayor abundamiento, cuando se cierra el concurso de las empresas, los administradores de las mismas, que en muchos casos se han dado ya de baja de autónomos, pasan a trabajar para otra empresa o simplemente quedan desocupados en el limbo, sin apenas ingresos, con lo que pasan a conformar el grupo de personas físicas no empresarias que solicitan el concurso de acreedores”.