Según señala la patronal del sector, este mal comportamiento ha llevado a romper la tendencia de evolución positiva del primer trimestre que siguió marcando cifras récord por la recuperación del turismo internacional y de la confianza de la demanda nacional, y que hacían prever una Semana Santa con una facturación hasta un 10% por encima del año anterior.
No obstante, señaló que el comportamiento ha sido “desigual” según el tipo de establecimiento y las regiones. Las terrazas y locales más pequeños, así como las zonas de costa donde tiene un mayor peso la climatología, han sido los “grandes perjudicados”, que han visto reducida la afluencia y consecuentemente las ventas, mientras que los establecimientos de mayor tamaño y zonas de interior, más ligadas al turismo urbano, cultural y religioso, han tenido “mejores resultados, con una mayor afluencia y mejores cifras de ocupación”.
En general la actividad ha funcionado mejor en los mediodías y tardes, con un peor comportamiento de las noches, tanto en lo relativo a cenas como a ocio nocturno, que han notado una menor afluencia de clientes, indicaron los hosteleros. Por otro lado, los meses de marzo y abril marcan el inicio del mayor número de contrataciones, que ya se mantienen durante toda la temporada estival, lo que ha impactado en esta ocasión en los negocios, ya que las previsiones de personal no se han correspondido con la facturación esperada.
A pesar de este paréntesis en la buena evolución de la actividad, marcado por la inestabilidad del clima, en los meses que vienen se espera que se recupere la “buena evolución que se venía manteniendo en el inicio del año”.