En la apertura de la jornada, organizada por Fundación Naturgy e IESE Business School, el presidente de Naturgy, Reynés, se refirió al trilema energético, consistente en “el necesario equilibrio entre energía segura, avanzar en descarbonización para luchar contra el cambio climático y hacerlo en el paraguas de precios asumibles”. Reynés apuntó al compromiso de la compañía con los objetivos de desarrollo de renovables, apuntando al convencimiento de estar en la tendencia adecuada. “Somos una de las empresas más antiguas de España y, a lo largo de estos años, hemos demostrado nuestra resiliencia. Queremos afrontar el futuro contribuyendo a la transformación del mundo, ya que la energía y su adaptación al futuro es esencial para nosotros”, afirmó el presidente de Naturgy.
Reynés (Naturgy) destaca la importancia del «trilema» energético para lograr los objetivos de la transición
El presidente de Naturgy, destacó que en su sector se cuenta con la «importante misión» de «tratar de ofrecer energía a los clientes de la mejor manera», para lo que debe haber «un equilibrio entre tres objetivos importantes», lo que se denomina el «trilema energético». En este sentido, señaló que el primer objetivo pasa por asegurar el suministro energético, «lo que significa que cada uno debe tener acceso a la energía de una manera muy estable y asegurar que la energía está garantizada».
Esta meta debe estar acompañada de otra igual de importante como es «avanzar en la descarbonización», ya que «no hay ninguna duda de que se debe hacer algo para luchar contra el cambio climático», dijo.
Finalmente, añadió que el «trilema» se completa con la necesidad de que ese suministro y esa apuesta por la sostenibilidad sea a unos precios «adecuados» para la energía. En este sentido, Reynés subrayó que Naturgy, con 180 años de historia, está «muy comprometida» con estos objetivos y ha demostrado su «resiliencia» a lo largo de toda su historia, «transformándose a través de los años». «La energía es nuestro negocio y la transformación es realmente nuestra alma».
Por su parte, La Camera centró su intervención en la necesidad de acelerar el desarrollo de renovables, reconociendo lo que se había hecho en el pasado, pero destacando la obligación de incrementar el ritmo para alcanzar los objetivos climáticos. “En un año hemos instalado más capacidad renovable que nuclear en los últimos 70 años. La generación renovable es la única opción coherente con los objetivos del Acuerdo de Paris”, afirmó. No obstante, instó a incrementar la ambición en los próximos años para alcanzar el objetivo de 11 teravatios en 2030.
Poner el foco en la innovación de las infraestructuras, la reestructuración y rediseño de los mercados, las interconexiones, y las políticas y normativas de eficiencia energética son algunas de las claves que debe adoptar la Unión Europea para alcanzar los objetivos renovables. “Si no estamos interconectados no vamos a conseguir la transición energética. Uno de los principales desafíos es dotar de una buena infraestructura, flexibilidad y equilibrio a la red”, apuntó en este sentido.
Para el director general de IRENA, tenemos un tiempo limitado para conseguir los resultados que buscamos y necesitamos. Si dejamos pasar el tiempo, el riesgo climático va a tener un alto impacto en el sistema económico y nuestra calidad de vida, por lo que tenemos que acelerar ahora lo que deberíamos haber comenzado hace 20 años. Para ello, “se necesita ampliar el espectro de tecnologías renovables más allá de la eólica y solar”, apuntó.
Desde su punto de vista, es fundamental invertir en un sistema de energía limpia, ampliando el foco de zonas geográficas a energías. “No solo es concentrarnos en zonas geográficas, sino también en energías. Actualmente estamos enfocados sobre todo en eólica y solar, pero creo que tenemos que ampliar este espectro de tecnologías que se usan, ya que necesitamos un sistema holístico que ayude unas a otras para conseguir nuestro objetivo con éxito”. Referido al papel del hidrógeno en este contexto, señaló que “el mercado del hidrógeno tendrá una parte muy importante regional, al menos en el corto y medio plazo”.
En este mismo sentido, De Giovanni enfatizó que “necesitamos todo tipo de energías en todos los países. Tenemos mucho que hacer en poco tiempo, por lo que los biocombustibles serán importantes. Probablemente no sean la única solución, pero ayudarán a solventar los problemas en algunos sectores. El entusiasmo sobre alternativas como el biometano es lógico porque será relevante y parte de la solución a la descarbonización de la economía”.
Para La Camera, es vital tener la certeza que las inversiones necesarias se hacen en la dirección correcta, lo que implica trabajar con un enfoque global captando las zonas con mayor demanda de energía en los próximos años. “Necesitamos apoyar el impulso al desarrollo de renovables en aquellos lugares donde la demanda de energía va a incrementarse más”, indicó. Para ello, puso en valor el papel de las instituciones financieras multilaterales como agentes para hacer un proceso más inclusivo. Así, apuntó que “necesitamos acelerar el desarrollo de renovables y hacerlo de manera igualitaria en todas las partes del mundo”, para lo que señaló la necesidad de que estas instituciones trabajen juntas para el desarrollo y construcción de nuevos sistemas energéticos en zonas como África o el Sudeste Asiático, priorizando la infraestructura. “Necesitamos desarrollo de infraestructuras, ajustes en el mercado y la regulación, formación adecuada y adaptación de las instituciones multilaterales de financiación”, afirmó.
Además, puso de manifiesto la necesidad de revertir la forma de colaboración con estos países para hacerlos sentir sus propios dueños “Hay que reescribir la manera en que funciona la cooperación internacional. El modelo no ha tenido el impacto que hubiéramos querido en cuanto a desarrollo de estos países. Cambiar la manera de la cooperación internacional es que los países se sientan propietarios y hacerles parte del proceso. Y, además, tenemos que seguir participando en el desarrollo de su infraestructura. No hay otra manera de hacerlo”.
En relación con este último aspecto, De Giovanni disintió de esta visión: “Necesitamos una solución que no se base solo en la infraestructura”. También puso en duda la capacidad de conseguir que los 53 países de África, a excepción de Sudáfrica, fueran capaces de conseguir un desarrollo suficientemente alto con un sistema igual al de los países del norte global.
En el cierre de la sesión, Villaseca, presidente de Fundación Naturgy, afirmó la preocupación por las consecuencias del cambio climático. “El camino es complicado y, probablemente, no estamos abordando la transición energética a la velocidad que necesitamos ni con los hitos que queremos, pero no hay duda que hay muchas iniciativas en marcha que deben dar respuesta a este reto. No hay ninguna duda de que las renovables son uno de los instrumentos para hacer frente a este reto que tiene la humanidad”.