La información más reciente ha confirmado en líneas generales nuestra anterior valoración sobre las perspectivas de inflación a medio plazo. La inflación ha continuado descendiendo, gracias a la bajada de los precios de los alimentos y de los bienes. La mayoría de los indicadores de la inflación subyacente están disminuyendo, el crecimiento de los salarios se está moderando gradualmente y las empresas están absorbiendo parte del incremento de los costes laborales en sus beneficios. Las condiciones de financiación siguen siendo restrictivas y nuestras anteriores subidas de los tipos de interés continúan frenando la demanda, lo que está contribuyendo a reducir la inflación. No obstante, las presiones inflacionistas internas son intensas y mantienen la inflación de los precios de los servicios en niveles elevados.
Tenemos la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en nuestro objetivo del 2 % a medio plazo. Consideramos que los tipos de interés oficiales del BCE se encuentran en niveles que están contribuyendo de forma significativa al proceso de desinflación en curso. Nuestras decisiones futuras asegurarán que nuestros tipos de interés oficiales seguirán siendo suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario. Si nuestra evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria reforzase adicionalmente nuestra confianza en que la inflación está convergiendo hacia nuestro objetivo de forma sostenida, sería apropiado reducir el actual nivel de restricción de la política monetaria. En cualquier caso, para determinar el nivel de restricción y su duración apropiados, seguiremos aplicando un enfoque dependiente de los datos y en el que las decisiones se adoptan en cada reunión, sin comprometernos de antemano con una senda concreta de tipos.
Ahora expondré más detalladamente cómo vemos la evolución de la economía y de la inflación, y después explicaré nuestra valoración de las condiciones financieras y monetarias.
• La economía siguió siendo débil en el primer trimestre. Pese a la resiliencia del gasto en servicios, las empresas manufactureras se enfrentan a una demanda débil y la producción es aún contenida, especialmente en los sectores intensivos en energía. Las encuestas apuntan a una recuperación gradual a lo largo de este año, impulsada por los servicios, que se espera que se vea respaldada por el aumento de las rentas reales, como resultado del descenso de la inflación, el aumento de los salarios y la mejora de la relación real de intercambio. Por otra parte, el crecimiento de las exportaciones de la zona del euro debería recuperarse durante los próximos trimestres, a medida que la economía mundial se recupere y el gasto se desplace hacia activos negociables. Por último, la política monetaria debería lastrar la demanda en menor medida con el paso del tiempo.
• La tasa de desempleo se encuentra en su nivel más bajo desde que existe el euro. Al mismo tiempo, la rigidez en el mercado laboral sigue descendiendo gradualmente, y las empresas están anunciando menos ofertas de empleo.
Los Gobiernos deberían seguir retirando las medidas de apoyo relacionadas con la energía para que la desinflación pueda avanzar de forma sostenida. Aplicar plenamente y sin demora el marco revisado de gobernanza económica de la UE debería ayudar a los Gobiernos a reducir los déficits presupuestarios y las ratios de deuda de forma sostenida. Las políticas fiscales y estructurales nacionales deberían orientarse a mejorar la productividad y competitividad de la economía, lo que ayudaría a reducir las presiones sobre los precios a medio plazo. A escala europea, una aplicación efectiva y rápida del programa Next Generation EU y el reforzamiento del mercado único contribuirían a promover la innovación y a aumentar la inversión en las transiciones verde y digital. Esfuerzos más determinados y concretos para completar la unión bancaria y la unión de los mercados de capitales ayudarían a movilizar la considerable inversión privada necesaria para lograrlo, como ha destacado recientemente el Consejo de Gobierno en su comunicado de 7 de marzo de 2024.
Inflación
La inflación continuó descendiendo desde una tasa interanual del 2,6 % en febrero, hasta el 2,4 % en marzo, según la estimación de avance de Eurostat. La inflación de los precios de los alimentos cayó hasta el 2,7 % en marzo, desde el 3,9 % registrado en febrero, mientras que la tasa de variación de los precios de la energía se situó en el -1,8 % en marzo, tras el -3,7 % del mes anterior. La tasa de variación de los precios de los bienes registró un nuevo descenso, situándose en el 1,1 % en marzo, desde el 1,6 % de febrero. Sin embargo, la tasa de variación de los precios de los servicios siguió siendo elevada, situándose en el 4,0 % en marzo.
La mayoría de los indicadores de la inflación subyacente volvieron a descender en febrero, lo que confirma un panorama de disminución gradual de las presiones sobre los precios. Aunque la inflación interna sigue siendo alta, los salarios y los beneficios unitarios crecieron con menos fuerza de lo previsto en el último trimestre de 2023, pero los costes laborales unitarios se mantuvieron elevados, lo que refleja en parte el débil avance de la productividad. Los indicadores más recientes apuntan a una moderación adicional del crecimiento de los salarios.
Se espera que la inflación fluctúe en torno a los niveles actuales en los próximos meses y que después disminuya hasta situarse en nuestro objetivo el próximo año, debido a un menor crecimiento de los costes laborales, a la materialización de los efectos de nuestra política monetaria restrictiva, y a la desaparición gradual del impacto de la crisis energética y de la pandemia. Los indicadores de las expectativas de inflación a largo plazo se mantienen en general estables y se sitúan en su mayoría en torno al 2 %.
Evaluación de riesgos
Los riesgos para el crecimiento económico siguen apuntando a la baja. El crecimiento podría ser menor si los efectos de la política monetaria son más intensos de lo esperado. Un debilitamiento de la economía mundial o una nueva desaceleración del comercio internacional también lastrarían el crecimiento de la zona del euro. La guerra injustificada de Rusia contra Ucrania y el trágico conflicto en Oriente Próximo son fuentes importantes de riesgos geopolíticos, que podrían afectar a la confianza de las empresas y de los hogares sobre el futuro y provocar disrupciones del comercio mundial. El crecimiento podría ser mayor si la inflación se reduce más rápidamente de lo previsto y la mejora de las rentas reales hace que los niveles de gasto aumenten más de lo esperado, o si la economía mundial crece más vigorosamente de lo anticipado.
Los riesgos al alza para la inflación incluyen una escalada de las tensiones geopolíticas, especialmente en Oriente Próximo, que podría impulsar al alza los precios de la energía y los costes de los fletes a corto plazo y causar disrupciones en el comercio mundial. La inflación también podría ser más elevada de lo esperado si los salarios aumentan más de lo previsto o los márgenes de beneficios muestran mayor resiliencia. En cambio, la inflación puede sorprender a la baja si la política monetaria frena la demanda más de lo esperado, o si el entorno económico en el resto del mundo empeora de forma imprevista.
Condiciones financieras y monetarias
Los tipos de interés de mercado se han mantenido en general estables desde nuestra reunión de marzo y las condiciones de financiación más amplias siguen siendo restrictivas. El tipo de interés medio de los préstamos a empresas descendió hasta el 5,1 % en febrero, desde el 5,2 % de enero. Los tipos hipotecarios se redujeron hasta el 3,8 % en febrero, desde el 3,9 % registrado en enero.
Los todavía elevados tipos de interés y las consiguientes reducciones en los planes de inversión dieron lugar a una nueva contracción de la demanda de préstamos por parte de las empresas en el primer trimestre de 2024, como muestra nuestra última encuesta sobre préstamos bancarios. Los criterios de aprobación del crédito siguieron siendo restrictivos, con un ligero endurecimiento adicional en el caso de los préstamos a empresas y una moderada relajación en el de las hipotecas.
En este contexto, la dinámica del crédito continúa siendo débil. El crédito bancario a las empresas creció algo más rápido en febrero, a una tasa interanual del 0,4 %, desde el 0,2 % de enero. La tasa de crecimiento interanual de los préstamos a hogares se mantuvo sin variación en febrero, en el 0,3 %. El agregado monetario amplio M3 creció a un ritmo contenido del 0,4 % en febrero.
Conclusión
El Consejo de Gobierno ha decidido hoy mantener sin variación los tres tipos de interés oficiales del BCE. Tenemos la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en nuestro objetivo del 2 % a medio plazo. Consideramos que los tipos de interés oficiales del BCE se encuentran en niveles que están contribuyendo de forma significativa al proceso de desinflación en curso. Nuestras decisiones futuras asegurarán que nuestros tipos de interés oficiales seguirán siendo suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario. Si nuestra evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria reforzasen en mayor medida nuestra confianza en que la inflación está convergiendo hacia el objetivo de forma sostenida, sería apropiado reducir el actual nivel de restricción de la política monetaria. En cualquier caso, para determinar el nivel de restricción y su duración apropiados, seguiremos aplicando un enfoque dependiente de los datos y en el que las decisiones se adoptan en cada reunión, sin comprometernos de antemano con una senda concreta de tipos.
Igualmente, estamos preparados para ajustar todos nuestros instrumentos en el marco de nuestro mandato para asegurar que la inflación vuelva a situarse en nuestro objetivo a medio plazo y preservar el buen funcionamiento de la transmisión de la política monetaria.