Así lo recoge el Banco Central Europeo en un artículo de su último Boletín Económico, donde el economista del organismo Omiros Kouvavas señala que, en los últimos años, entre el 5% y el 10% de los hogares de bajos ingresos han declarado que se han retrasado en el pago del alquiler o de una hipoteca o de los servicios públicos en los últimos tres meses.
Este porcentaje se ha mantenido relativamente estable en el tiempo, aunque disminuyó ligeramente en el primer trimestre de 2024. Por el contrario, el indicador de riesgo de morosidad ha aumentado sustancialmente entre los hogares de bajos ingresos. En el primer trimestre de 2024, la proporción de hogares que esperaban retrasarse en los pagos de servicios públicos o de alquiler aumentó a más del 20%, frente a aproximadamente el 15% en 2023, y casi se duplicó hasta el 30% en el caso de los pagos atrasados de las hipotecas.
El mayor riesgo de retraso en los pagos a medida que aumentan los costes de la vivienda es mayor para los inquilinos. El Boletín Económico del BCE concreta que, en enero de 2024, los hogares pagaban una media de 765 euros al mes en costes totales relacionados con la vivienda, incluidos los servicios públicos, el mantenimiento de la vivienda y los costes de alquiler o hipoteca.
Mientras, el ratio de costes de la vivienda, definido como los costes totales de la vivienda divididos por los ingresos disponibles, se ha mantenido sin cambios en general desde principios de 2022. Los costes de la vivienda representan alrededor del 20% del ingreso disponible para los propietarios absolutos, el 40% para los inquilinos y el 35% para los deudores hipotecarios.