“Hoy me gustaría pediros vuestra implicación para sostener este modelo, para seguir elevando el poder adquisitivo de los trabajadores, frenar y adaptarnos a la crisis climática, defender de la democracia como sistema para aunar libertades civiles y crecimiento económico”, en resumen, “ayuda para mejorar la vida de la gente”.
Ese fue el mensaje que Sánchez, sin ocultar que cree “en la economía social de mercado”, lanzó en la clausura de la Asamblea anual del Instituto de la Empresa Familiar, donde también destacó que las empresas son “imprescindibles”, son “producto de la democracia” y resultado de un “orden internacional basado en reglas”, que ahora se ve amenazado, así como de un “Estado de bienestar que garantiza la igualdad de oportunidades”.
El líder del Ejecutivo aseguró que “el acuerdo es fundamental para que haya paz social y la paz social también es consustancial con la estabilidad social, la convivencia y la política que podamos construir a partir de ella”.
Para él, “es este el círculo virtuoso que alimenta la apuesta por la convivencia y por la política útil” y afirmó, “humildemente”, que está “intentando poner en marcha desde la Presidencia del Gobierno una voluntad compartida de mirar hacia adelante para construir y no para destruir, para reforzar lo que nos une y para sembrar progreso y desterrar debates estériles que hicieron perder muchísimo tiempo a territorios muy importantes de nuestro país, y que solamente trajeron inestabilidad e incertidumbre a la empresa también a los trabajadores y en consecuencia también a la economía”.
De esta manera, Sánchez no perdió ocasión para lanzar un mensaje en clave catalana en la recta final de la campaña electoral ante la cita con las urnas en Cataluña este domingo 12 de mayo para la conformación de un nuevo Parlamento. Con este foco, el presidente también destacó la “cohesión territorial” como vector de crecimiento y destacó lo que ello supone en las empresas familiares donde el “arraigo” y el “vínculo” con el territorio “es más estrecho”.
Después de poner en valor los datos económicos que apuntan a una economía “robusta”, como que se van consolidando las cifras de afiliados por encima de 21 millones, Sánchez destacó el crecimiento «inédito» de empleo y productividad en España, pero aseguró que “queda mucho por hacer” y puso como ejemplo “encontrar la manera de reducir el paro estructural”.
Además, calificó como “enormemente simbólica” la noticia de que España ha recuperado los ingresos reales del año 2007, lo que para el líder del Ejecutivo constata que se dio una “respuesta equivocada a la crisis financiera”, padeciendo sus consecuencias durante más de una década. El presidente, que se dirigió nuevamente a la empresa familiar tras una ausencia de cinco años, admitió que “queda mucho por hacer”, como el combate con el “paro estructural” en España, un país que necesita reconoció, “todavía” mucha mano de obra. En este sentido, el presidente se apuntó en su “debe” la “mejora del funcionamiento de los Servicios Públicos de Empleo”, cuestión que está bajo la competencia de la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz.
Por su parte, el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Rivera, señaló en presencia del presidente del Gobierno que las empresas familiares están comprometidas con la tarea de “seguir contribuyendo a una prosperidad común”, para lo que necesitan “un clima político sosegado en una democracia de calidad en la que quepamos todos y que nos garantice el marco de convivencia que tanto nos ha costado alcanzar”. El presidente ejecutivo de Hijos de la Rivera, que sucede en el cargo a Sendagorta, puso en valor la «visión a largo plazo» de las empresas familiares, su arraigo territorial y la apuesta por la inversión y la innovación.