Para algunos expertos del sector, desde el pasado mes de noviembre, la banca ha comenzado una guerra hipotecaria ofreciendo condiciones hipotecarias más favorables a clientes de otras entidades, aunque advierte que “este cambio no es adecuado para todos los perfiles”.
En efecto, tras doce meses de descenso, febrero experimentó un crecimiento de hipotecas registradas de un 3,8% según datos del Instituto Nacional de Estadística. El principal motivo ha sido el número de hipotecas con cambios en sus condiciones, el cual aumentó un 89,3% en febrero en tasa anual, un fenómeno, impulsado por el llamado “robo de la competencia”.
Así, desde el pasado mes de noviembre, la banca ha comenzado de manera activa a captar clientes de otras instituciones mediante la oferta de condiciones hipotecarias más favorables a través de la subrogación de hipotecas. Esto se lleva a cabo cuando un banco asume el préstamo hipotecario de otro ofreciendo tasas de interés más atractivas, las cuales en este contexto de “guerra hipotecaria” contenida se sitúan en torno al 2,35% TIN e incluso en cifras inferiores a determinados perfiles bien posicionados.
Precisamente, el último informe hipotecario del INE detalla que el 45,8% de las 21.148 hipotecas con cambios en sus condiciones se debieron a modificaciones en los tipos de interés, es decir, aproximadamente uno de cada dos hipotecados que cambiaron las condiciones de su hipoteca mejoraron su tipo de interés. Sin embargo, “este cambio no es adecuado para todos los clientes, especialmente aquellos con hipotecas constituidas hace más de 15 años cuyas modificaciones pueden no resultar beneficiosas».
Aunque los bancos suelen asumir una parte de los gastos asociados con la subrogación, como los de gestoría, notaría y registro, “el cliente también puede enfrentarse a costes adicionales, como la tasación y posibles penalizaciones de hasta el 2% por amortización anticipada del contrato que sean superiores al ahorro que hubiéramos tenido manteniendo la hipoteca”.